Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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miércoles, 6 de enero de 2016

Los criterios de moralidad en las tradiciones filosóficas

1. Amoral, moral e inmoral
En el análisis de la vida moral nos encontramos habitualmente con los términos "moral", "inmoral" y "amoral".
Alguien es "amoral" cuando está al margen de cualquier experiencia moral y por ello no sólo carece de juicio moral, sino de conciencia y lenguaje moral. En este caso sería alguien que desconociera el sentido del bien y del mal. Puesto que todo ser humano tiene, en mayor o menor medida, una experiencia moral, no hay nadie que sea "amoral", es decir, que esté "fuera de" o "al margen de" algún tipo de moral. Propiamente hablando, el término se aplica a los animales al carecer éstos de la capacidad necesaria para orientarse moralmente.
Decimos que alguien es "inmoral" cuando transgrede el conjunto de normas morales de una comunidad. Aunque pueden ser muy variadas las razones de esta transgresión, calificar una conducta como inmoral exige adoptar un punto de referencia desde el que juzgar moralmente. La poligamia puede ser considerada inmoral en Europa y moral en África.

José Luis López-Aranguren
Revisar y recrear la moral
La moralización consiste no en rechazar todo código o construirnos uno arbitrariamente a nuestro objetivo capricho, sino en poseer el valor moral e intelectual suficiente para someter a crítica y revisar no sólo los "artículos", por llamarlos así, de nuestro código moral sino, remontándonos a su fundamento, los principios en que se inspiran.
La moralización también consiste en poseer la suficiente inteligencia práctica y el necesario talante moral para crear nuevas pautas de comportamiento, nuevos patrones de vida, toda esa fuerza creadora de moralidad que, fuera de todo código moral (pero no forzosamente contra él), inventa moralidad y contribuye a crear una existencia mejor.
J. L. López-Aranguren, Propuestas morales (adaptado)

2. El criterio moral como problema filosófico
Para juzgar moralmente una acción como buena o mala tenemos que adoptar un marco de referencia desde el que calificarla. Este marco de referencia nos puede venir dado en las distintas tradiciones culturales o religiosas que conforman un patrimonio moral.
Ahora bien, este marco de referencia no es homogéneo y su patrimonio puede ser utilizado de muchas formas tanto individual como comunitariamente. En función de la actitud que adoptemos hacia el marco de referencia y en función del tipo de argumento con el que aceptemos su vigencia adoptaremos un determinado criterio moral; por eso no se trata sólo de un problema histórico o cultural, sino de un problema filosófico.
El siguiente esquema analiza distintas respuestas que ha proporcionado la filosofía cuando busca un criterio o marco de referencia:

 I) Negación 
No existe criterio alguno de moralidad o marco de referencia desde el que juzgar la vida moral. Esta inexistencia se puede explicar desde distintas tradiciones filosóficas:
  • Determinismo: No hay criterio porque no hay vida moral, tan sólo se puede decir que hay vida genética, vida física o vida cósmica. No hay libertad porque estamos determinados bien sea por los genes, la naturaleza o los planetas (Jacques Monod).
  • Nihilismo: No hay criterio moral, da igual adoptar un marco de referencia que otro. Nada tiene sentido a excepción del propio sujeto que lo crea desde la nada (Friedrich Nietzsche).
  • Subjetivismo: Aunque no hay un criterio compartido, sí puede haber criterios subjetivos o marcos de referencia que sean individuales (Protágoras).
  • Relativismo: No hay ningún criterio o marco de referencia que no dependa de las situaciones y de la relatividad de las circunstancias históricas (Nicolás Maquiavelo).
 II) Afirmación heterónoma 
Sí existe un criterio de moralidad objetivo. Una conducta es moralmente correcta o una acción es buena cuando se ajusta al marco de referencia objetivo establecido por una instancia distinta a la persona moral.
  • Teológica: El marco de referencia viene determinado por la voluntad de Dios.
  • Eclesiológica: El marco de referencia es el establecido por una confesión religiosa. Actuar moralmente es cumplir con los preceptos de la confesión religiosa (Joseph De Maistre, Donoso Cortés).
  • Política: El marco de referencia es el establecido por el partido político, el grupo ideológico o el líder de la institución. Actuar moralmente es establecer y acatar las consignas (Vladimir Lenin).
  • Sociológica: El marco de referencia viene dictado por los gustos y costumbres mayoritariamente aceptados por la población. Se conoce a través de las encuestas y las modas. Actuar moralmente es ajustarse a las normas de la mayoría (Emile Durkheim).
  • Tradicionalista: El marco de referencia se encuentra en la voluntad expresada por las tradiciones. Actuar moralmente es ajustarse a la tradición (Jaime Balmes).
 III) Afirmación con pretensiones de autonomía 
Sí existe un criterio de moralidad objetivo, pero su validez depende de la autonomía moral con que las personas lo asuman. En este caso el marco de referencia no es extrínseco al sujeto, sino intrínseco a la persona que actúa.
  • Hedonismo: El criterio de moralidad está en el placer. Una acción es buena o mala en función del placer que produzca o deje de producir (Epicuro).
  • Eudemonismo: El criterio de moralidad está en la felicidad. Una acción es buena o mala en función de la felicidad que puede proporcionar (Aristóteles, Santo Tomás).
  • Utilitarismo: El criterio de moralidad está en el bienestar y la utilidad que puede proporcionar una acción (Jeremy Bentham, John Stuart Mill).
  • Deontologismo: Puesto que no puede haber un concepto de bien compartido por todas las personas, el criterio de moralidad tiene que estar en el procedimiento por el que se adopta una decisión con criterios de justicia (Immanuel Kant).
  • Axiología: El criterio de moralidad se encuentra en un conjunto de valores que orientan la acción (Max Scheler).
  • Autenticidad: El criterio de moralidad se establece mediante un diálogo entre la fidelidad a uno mismo y el reconocimiento de los demás. El marco de referencia no se establece sin la identidad moral de las personas afectadas (Charles Taylor).

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