Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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sábado, 7 de abril de 2012

Cambio social

Casi todas las sociedades tienden a mantener el orden, pero a pesar de ello el cambio social resulta inevitable: todas las sociedades se encuentran sometidas a un proceso más o menos acelerado de cambio. Pueden ser muy diversos los factores que intervienen en el mencionado cambio social; así, la aparición de grandes riquezas, la modificación del clima o una gran catástrofe pueden producir profundas variaciones sociales en determinados hábitats humanos. Pero los cambios sociales más frecuentes dependen de las condiciones humanas. En este sentido podemos afirmar que las sociedades, debido sobre todo a la actividad de los seres humanos, se encuentran sometidas incesantemente a movilidad y cambio.
No obstante, conviene distinguir entre cambios en la sociedad y cambios de la sociedad. Todos los días nuestra sociedad cambia un poco; sin embargo, su estructura fundamental permanece idéntica: similares valores, costumbres, formas de vestir, etc.; nos encontramos pues ante variaciones que ocurren en la sociedad.
Pero cuando se modifica el conjunto de principios y valores, cuando cambia la estructura de la comunidad, entonces nos hallamos ante un cambio social. De esta manera, podemos distinguir entre movilidad social y cambio social.

  • Movilidad social: Entendemos por movilidad social las variaciones experimentadas en el seno de una comunidad que no atañen, o lo hacen mínimamente, a sus principios y contenidos fundamentales.
  • Cambio social: Denominamos, al contrario, cambio social a las modificaciones globales o transformaciones profundas de la estructura social, que poseen amplias repercusiones en los principales valores culturales, científicos, económicos, etc.
Resulta imposible determinar con precisión la frontera entre movilidad y cambio social, pues toda movilidad, a corto o a largo plazo, da lugar a cambios sociales y, a la inversa, todo cambio social lleva consigo una amplia secuencia de variaciones; pero, en general, como hemos indicado, en el caso de la movilidad, se conserva la organización y las instituciones, mientras que en el cambio social, éstas varían profundamente.

Tipos de cambio social
La aceptación del sistema social vigente nunca tiene lugar plenamente, sino que en cada época encontramos numerosos individuos y grupos que, oponiéndose en mayor o menor grado al orden establecido, contribuyen a su modificación. De esta manera, atendiendo a la amplitud, a la profundidad y a la rapidez del cambio, podemos distinguir entre evolución y revolución.
  • Evolución: La evolución es propia de las sociedades flexibles y abiertas, en las cuales el control social se ejerce atendiendo a los deseos y opiniones de los distintos grupos sociales. En la evolución, las estructuras se adaptan a los nuevos valores, de tal manera que las instituciones, principios y leyes de una época posterior, aparecen al mismo tiempo como una continuidad y una variación de las instituciones, principios y leyes de la época anterior. No hay saltos, sino continuidad.
  • Revolución: La revolución supone la ruptura con las instituciones y organizaciones existentes, que son sustituidas bruscamente por otras distintas. La revolución constituye, pues, una actuación de doble sentido, a saber: destrucción del orden anterior y creación de otro nuevo.
Revolución Francesa, Toma de la Bastilla (1789)
Aunque, en teoría, pueden producirse grandes revoluciones sociales de carácter pacífico y, en este sentido, se habla de la revolución que supuso el descubrimiento de la imprenta, de la revolución industrial del siglo XIX, de la revolución agraria o de la tecnológica, en sentido estricto, éstas, aunque supusieron enormes cambios sociales, fueron, en realidad, evoluciones, pues, el abandono de unas formas y la aceptación de otras se llevó a cabo con continuidad, manteniendo el orden social.
La revolución, como tal, supone una fuerte convulsión 
política, acompañada de acción violenta y con el firme propósito de subvertir el orden social. En este sentido, pueden ser considerados como ejemplo la Revolución Francesa, en la que desapareció la sociedad estamental y un sector del pueblo llano, la burguesía, derribó la monarquía, tomó el poder y estableció la república, modificando casi todas las instituciones anteriores: la forma de gobierno, el sistema de pesas y medidas, el calendario, los cultos religiosos, etc., o la Revolución Rusa de 1917, con todas las reformas radicales que llevó a cabo.

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