Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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domingo, 23 de noviembre de 2014

El saber de la acción: la hermenéutica

1.- ¿Descripción o comprensión?
Las acciones, al igual que todo aquello que rodea al ser humano, son o pueden ser objeto de investigación o explicación. La actividad teórica humana, el conocimiento, también puede orientarse hacia el ámbito práctico. Con esta orientación han ido surgiendo diferentes ciencias como la psicología o la sociología. Pero las acciones humanas no pueden ser estudiadas como objetos cualquiera del mundo. Podemos describirlas, pero no estaremos aproximándonos a lo esencial.

Puedo describir de manera muy precisa y objetiva lo que veo, pero con eso sólo no estoy dando cuenta del alcance de la acción que observo; por ejemplo, puedo describir cómo una persona empuja un balón entre tres palos, pero con esa descripción no estoy dando a entender que se trata de un gol que ha dado un importante triunfo a un equipo. La simple narración de cómo el jugador empujó el balón no es suficiente para explicar el alcance de su acción.

La importancia del concepto de inteligibilidad [comprensión] está muy relacionada con el hecho de que la más básica de las distinciones que están embebidas en nuestro discurso y en nuestra práctica en este aspecto es la distinción entre los seres humanos y los otros seres. A los humanos pueden pedírseles cuenta de sus acciones, a los otros no. Identificar un acontecimiento como acción es identificarlo con una descripción que nos lo haga inteligible, partiendo de las intenciones, motivos, pasiones y propósitos de un agente humano.
A. MacIntyre, Tras la virtud

2. Interpretación
En el caso de las acciones humanas no basta con la descripción física de lo que vemos, tenemos que comprender la acción, hacerla inteligible, es decir, conocer los motivos, fines, contextos sociales, etc. El saber de la acción que busca comprender el sentido de las acciones se denomina hermenéutica.
La hermenéutica designa a la vez una corriente filosófica y un método de aproximación a lo humano. En el caso de las acciones intentará comprender los motivos de una determinada acción, aunque para eso no podrá esquivar las explicaciones más objetivas y externas de la misma. El proceso hermenéutico que, partiendo de la descripción de las acciones, intenta comprender su sentido se llama interpretación.
La interpretación no se dirige sólo a textos, sino también a las acciones. Y, de hecho, el proceso de interpretación de ambos corre bastante paralelo. Por otro lado, la hermenéutica, cuando intenta interpretar las acciones, tiene muy presente que el grado de certeza y seguridad que se puede exigir en el mundo de la acción es diferente al que se exige al conocimiento del mundo natural.

3. Filosofías de la acción
Muchas veces se ha identificado filosofía de la acción y ética. Si tenemos en cuenta el análisis de la acción, podemos ver fácilmente que la ética y la filosofía de la acción son diferentes. La filosofía de la acción es más amplia, pues hay otros tipos de acción diferentes de las éticas o prácticas y, por otro lado, la ética obedece a procesos e implicaciones que exceden a una filosofía de la acción. Dos grandes corrientes filosóficas se han ocupado de la acción en el siglo XX: la filosofía analítica (con su método analítico-lingüístico) y la fenomenología (método fenomenológico).


4. Aristóteles, en los orígenes de la filosofía práctica
Aristóteles (siglo IV a.C.) es el primer gran pensador que elabora un análisis de la acción. En él encontramos tanto una reflexión sobre la acción humana, como el tipo de saber que le es apropiado. Con muchos siglos de adelanto plantea cuestiones propias de la filosofía más actual.

La filosofía analítica se presta a una comparación con la fenomenología, no solamente por lo que niega, sino por lo que hace; en ambos casos se trata de clarificar: clarificar es distinguir; decir 'esto no es eso', hacer listas, inventarios, en suma establecer diferencias. No desconozco la distancia que separa las dos teorías de la significación: la una más próxima a una definición por el uso, la otra a una definición por la captación intuitiva de un sentido. Pero el recurso al uso, por un lado, a la intuición, por otro, nos ponen en guardia contra las mismas pretensiones y las mismas ilusiones; por un lado, alcanzar un lenguaje lógicamente perfecto, por otro, una ciencia universal para todas las realidades por igual.

Aristóteles
(384 - 322 a.C.)
Aristóteles es a la vez el padre del método fenomenológico y del análisis lingüístico aplicado al actuar. No es casualidad que sea el único autor citado preferentemente por los filósofos analíticos, cuando tratan de la intención o de la acción. El trabajo de delimitación aplicado a la vez a la palabra y a la experiencia, ofrece el primer ejemplo histórico de conexión entre los dos métodos: en un único tipo de discurso, el de la clarificación, se articula al mismo tiempo la vivencia [fenomenología] y los enunciados sobre la vivencia [análisis lingüístico].
P. Ricoeur, El discurso de la acción (adaptado)

Lo que Aristóteles quiere decir es que en un mundo perfectamente transparente a la ciencia, es decir, en el cual estaría establecido que nada puede ser de otra manera a como es, no habría ningún sitio para el arte [técnica] ni, de manera general, para la acción humana.
P. Aubenque, La prudencia en Aristóteles

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