Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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lunes, 3 de noviembre de 2014

La acción

El ser humano vive en un mundo plural y variado en el que desarrolla su capacidad de asombro y de pregunta por medio del conocimiento. Pero su modo de existir no es solo el conocimiento, sino también la acción. El ser humano actúa, interviene, modifica, desarrolla, es decir, ejecuta actos de diversos tipos, y con ellos va constituyéndose como persona y construyendo un mundo.
Las acciones que lleva a cabo el ser humano son de varios tipos. En primer lugar, actúa modificando el entorno y a sí mismo, construye artefactos, transforma la realidad. Se trata de la acción técnica, con la que busca una "segunda naturaleza" en la que hacer su vida. Este tipo de acción tiene que ver con el trabajo, con el esfuerzo de la realización. Pero, en segundo lugar, además de técnica, el ser humano, al actuar, toma decisiones sobre valores, determina qué acciones le parecen correctas o incorrectas, cuáles son buenas y cuáles conducen a la felicidad. Es la acción ética, en la que se justifican nuestros actos desde la libertad. En tercer lugar, el ser humano busca la belleza, la descubre en el mundo y también la crea: es la acción estética, un tipo de actuación muy peculiar en la que el agrado y el deleite cobran primacía, y el esfuerzo imaginativo y creador se convierte en satisfacción y gozo.
Estos tipos de acciones nos obligan a preguntarnos filosóficamente por su sentido. No se trata de la mera descripción sino de la pregunta por su significado. Aquí radica el peculiar modo de estar en el mundo del ser humano. Por eso merece la pena pensar por qué actuamos de este modo y qué pretendemos con ello. Resumidamente: qué y cómo somos seres humanos en la acción y a través de ella. Lo cual abre multitud de preguntas: qué debemos hacer, qué futuro nos espera o qué clase de mundo estamos construyendo.

1. Acción y libertad
Nuestro mundo es un gran escenario; lo podemos describir, narrar o conocer científicamente. Pero todo escenario pide una actuación. Y eso es lo propio del ser humano: la acción.
Hacemos algo con lo que nos vamos encontrando; de esta manera transformamos el mundo, nuestro escenario, y así lo habitamos. Pero, ¿lo hacemos libremente? ¿A qué responde nuestra acción? ¿A un plan prefijado? ¿A un guionista? ¿A unos instintos? ¿O son acciones personales y libres?
Estas y otras preguntas no dejarán de resonar en nuestros oídos. Con ellas nos introducimos en la difícil cuestión de la libertad.

Para el hombre de hoy, más aún que para el hombre de otros tiempos, la palabra "libertad" tiene una resonancia casi mágica. Suscita perspectivas fascinantes de realización humana.  La libertad es de algún modo la suprema aspiración del hombre, la meta de los esfuerzos comunitarios y personales. En una palabra, la libertad expresa el ideal de la plena realización del hombre. Esto implica por una parte que el hombre se vea liberado de las numerosas esclavitudes, y por otro que consiga ser plenamente él mismo.
J. Gevaert, El problema del hombre (adaptado)

2. ¿Qué es una acción?
La acción puede ser definida como aquella conducta humana mediante la cual se introducen cambios en nuestro entorno. No es lo mismo "considerar una cosa" o "conocerla" que actuar sobre ella. Esta sencilla diferencia es la que hace que distingamos entre lo práctico, el ámbito de la acción, y lo teórico, el del conocimiento.
La acción no es un movimiento; el movimiento sucede y nos limitamos a constatarlo. Es diferente decir "los músculos del brazo se contraen" que "levanto la mano para pedir la palabra". El movimiento es físico, y la acción es, además de algo físico, algo personal. A lo que sucede en la naturaleza no podemos denominarlo acción, pues la naturaleza no actúa. En la naturaleza suceden cosas; pero el ser humano hace que sucedan cosas.

3. Tipos de acciones
Las acciones pueden clasificarse de muchas manera. Esta pluralidad de clasificaciones corresponden a los diferentes criterios que se pueden utilizar:

 - Según el contenido: 
Haciendo un uso libre de la terminología aristotélica, podemos clasificar las acciones en:
Acciones prácticas: Son aquellas acciones que buscan la felicidad, la realización de uno mismo y de los otros. Son las acciones propiamente éticas y están referidas a la persona.
Acciones técnicas: Son las que hacen referencia al mundo natural y buscan su transformación. Son acciones de tipo instrumental que persiguen el dominio sobre el mundo. El trabajo humano es un ejemplo de este tipo de acción.
Acciones poéticas: Tienen que ver con el arte, la estética y el empleo del tiempo libre.

La actividad del artista, aunque sea una acción poética, no deja de tener implicaciones
prácticas (éticas), ya que nos presenta la realidad de una determinada manera.
 - Según el grado de conciencia: 
Otra forma de clasificar las acciones es atendiendo a la forma en que el sujeto está presente en lo que hace. Podemos distinguir, por ejemplo, entre acciones conscientes e inconscientes; en las primeras el sujeto que actúa está plenamente presente en su acción, no así en las segundas; estas últimas pueden ser reflejas; por ejemplo, cerrar los ojos cuando alguien de manera brusca acerca su mano a mi cara; o aprendidas, aunque las hagamos de forma automática, como, por ejemplo, montar en bicicleta; en esta acción hay implicadas gran cantidad de acciones de las que no soy consciente cuando realiza esta actividad.

 - Según la voluntad: 
También podemos diferenciar las acciones voluntarias de las involuntarias. Las voluntarias las hacemos de forma deliberada y las involuntarias sin proceso de deliberación.

 - Según el agente de la acción: 
Otra distinción habitual es la que suele hacerse entre acción social y acción colectiva. Ambas se oponen a la acción individual, que es la que realiza una sola persona sin necesitar de otras. La acción colectiva es la mera suma de acciones individuales; la acción social tiene además un carácter institucional, es decir, presupone una serie de normas o patrones de conducta que hacen posible esa acción. Por ejemplo, mover una mesa una persona sola es una acción individual; mover una mesa varias personas es una acción colectiva. Participar en unas elecciones democráticas, aunque sea una acción personal, que hago yo, sólo es posible en un marco social (una convocatoria de elecciones, un determinado sistema de gobierno...).

4. La gramática de la acción: ¿qué es una acción libre?
A pesar de la pluralidad de acciones que realizamos o sufrimos, las que nos definen plenamente son aquellas en las que ejercemos nuestra libertad: son las llamadas acciones libres. Para explicar lo que es una acción libre introducimos unas serie de conceptos y expresiones que son propios de nuestro discurso sobre la acción. Constituyen una red conceptual articulada. Son la gramática de la acción.

Las acciones libres:
  • Son intencionales: podemos apelar a ciertas intenciones o razones a la hora de ejecutarlas. El acto libre procede de una razón, de una intención, es decir, tiene un motivo; por tanto las acciones son voluntarias.
  • Tienen finalidad: con la acción que realizamos pretendemos alcanzar un objetivo, una meta. Es aquello que atrae e impulsa nuestro querer.
  • Son proyectadas: antes de ser realizadas han sido pensadas; los actos libres presuponen reflexión; de ahí que hablemos de conducta inteligente; las conductas libres son aquellas que nos proponemos. En esta proyección juega un papel fundamental la creatividad.
  • Son atribuibles a un agente: las acciones libre remiten a un autor, a una persona; la cual decide algo y se decide en ello. Toda acción pertenece a un sujeto, al que se le imputa.

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