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martes, 17 de agosto de 2021

Contacto con posibles civilizaciones extraterrestres

Durante mucho tiempo, el ser humano imaginó -y así lo trasladó al cine y a la literatura- que el contacto con posibles civilizaciones extraterrestres se realizaría en la Tierra, es decir, que los alienígenas viajarían hasta nuestro planeta y nos encontrarían. Pero en los años 60, ese enfoque cambió. A través de diversos programas impulsados, entre otros, por el famoso cosmólogo y divulgador científico Carl Sagan (1934-1996) y el astrónomo Frank Drake (n. 1930), se empezaron a enviar sondas y señales al espacio exterior, con la esperanza de contactar con ellos.

Durante las dos primeras décadas de este siglo XXI, gracias al desarrollo de radiotelescopios cada vez más potentes, se ha dado un paso hacia adelante. Un ejemplo es el proyecto Breakthrough Listen, que se puso en marcha en 2016. Los investigadores que participan en él rastrean las profundidades del cosmos, que cada vez se percibe con más detalle. La idea es tratar de detectar indicios de la existencia de inteligencias distintas a la nuestra.

Andrew Siemion
En el fondo, con todo ello se trata de responder a una de las preguntas más profundas que podemos hacernos: ¿estamos solos en el universo? El astrónomo Andrew Siemion (n. 1980), director de la iniciativa Breakthrough Listen y responsable del centro SETI de búsqueda de inteligencia extraterrestre de la Universidad de California, en Berkely, indica:

La probabilidad de que existan civilizaciones extraterrestres es baja. No obstante, el cosmos es vastísimo, y resulta presuntuoso pensar que la nuestra es la única. Si disponemos de las herramientas para buscarlas, ¿por qué no hacerlo?

Para tratar de detectar una hipotética cultura alienígena, los grupos de científicos que coordina Siemion escudriñan el espacio en busca de señales de radio. Para ello emplean fundamentalmente los radiotelescopios de los observatorios Parkes, en Australia, y Green Bank, en Estados Unidos. Este último es el mayor instrumento de su tipo orientable del mundo. El equipo de Siemion utiliza asimismo la información aportada por el telescopio Allen, en California.

En los próximos años, se dará un avance trascendental en este sentido, cuando se ponga en marcha el radiotelescopio Square Kilometre Array (SKA), que, sin duda, será el más grande construido hasta la fecha. La idea es conectar miles de pequeñas antenas y cientos de platos y combinar sus capacidades, de forma que, al final, su potencia equivaldría a la de un dispositivo gigantesco, de alrededor de un kilómetro cuadrado.

Señala Siemion:

Recabamos una ingente cantidad de datos a través de los radiotelescopios y después los analizamos pormenorizadamente. Tratamos de discernir si las señales de radio detectadas tienen un origen natural o artificial y, en su caso, si provienen de un artefacto humano, como un satélite, o un punto lejano del universo, quizá de una civilización extraterrestre.
La actividad de una de esas presuntas civilizaciones dejaría señales de radio que podríamos captar desde la Tierra. Del mismo modo, debido a la tecnología que usamos los seres humanos, se emiten transmisiones de radio desde nuestro planeta. Llegado el caso, éstas podrían ser detectadas por una cultura alienígena.

Es un proceso lento y laborioso, lleno de falsos positivos y que exige la dedicación de muchos científicos de distintas especialidades.

El programa Breakthrough Listen se presentó en Londres el 20 de julio de 2015, en la sede de la Royal Society. Al acontecimiento asistió uno de sus principales impulsores, el físico Stephen Hawking, quien afirmó entonces:

Ha llegado el momento de comprometerse a encontrar la respuesta; de buscar vida más allá de la Tierra. El ser humano tiene una profunda necesidad de explorar, aprender y saber. También somos criaturas sociales. Es importante que averigüemos si estamos solos en la oscuridad.

El proyecto partió con una financiación de 100 millones de dólares, una cantidad que se encargó de proporcionar el multimillonario ruso del sector tecnológico Yuri Milner.

Con la llegada del nuevo milenio, los hallazgos sobre el universo se han multiplicado y algunos han sido de tal envergadura que han abierto un escenario diferente; así lo plantea Siemion:

Recordemos que hasta no hace mucho tiempo se pensaba que los planetas como la Tierra eran una rareza, pero en las últimas dos décadas hemos descubierto que no es así, y que existen muchos mundos extrasolares como el nuestro y galaxias que podrían estar repletas de ellos. Es decir, sabemos que en multitud de enclaves es posible que se den las condiciones necesarias para que haya vida inteligente.

Puede que los humanos hayamos sido un caso único en los 13 800 millones de años de historia del universo, pero en ese tiempo quizás haya habido margen para otras posibilidades.

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