Hace 65 M.a. algo causó la extinción de los dinosaurios y de muchos otros animales y plantas. La hipótesis más aceptada como causa de esta extinción es el impacto de un asteroide de unos 10 km de diámetro. La energía liberada por el impacto equivaldría a mil millones de bombas atómicas como la de Hiroshima, e incrementó la temperatura entre 10 y 20ºC. Este hecho provocaría incendios masivos de bosques que liberaron a la atmósfera gran cantidad de CO₂ y hollín.
Las enormes cantidades de polvo y vapor de agua generados por el impacto, junto con el hollín, originarían nubes de aerosoles que los vientos distribuirían por todo el planeta. Estas nubes harían de pantalla solar provocando el enfriamiento de la superficie terrestre. A su vez, el enfriamiento reduciría la evaporación de los océanos y, consecuentemente, disminuirían las precipitaciones. Así, a las primeras semanas de altísimas temperaturas siguieron años oscuros, fríos y secos. Es lo que se ha llamado invierno nuclear porque sería el escenario que seguiría a una guerra nuclear de escala planetaria.
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