El término "cultura" aparentemente no presenta ninguna dificultad de comprensión. Sin embargo, ésta aparece cuando contrastamos las definiciones y nos damos cuenta de que, tras esta palabra de uso frecuente, se encierran muchos sentidos, a menudo opuestos entre sí.
Cultura hace referencia a una manera de vivir el mundo e interpretarlo; al conjunto de técnicas y recursos que nos ayudan a vivir; a las instituciones que organizan nuestra convivencia; a las ideas y creencias de los pueblos y de los individuos; a un alto grado de conocimiento alcanzado por algunos miembros de una comunidad; a un conjunto de actividades apreciadas por un grupo humano; a aquello que nos distingue como especie, etc. Pero ¿qué es la cultura? ¿Cómo podemos organizar esta infinita variedad de definiciones y referencias que abarca este término?
Origen del término
Cultura es el sustantivo abstracto del verbo latino colere, que significa labrar un campo, hacerlo fértil o cultivarlo; de ahí también los términos cultivo o agricultura. Cicerón fue el primero en extender su sentido a la educación y formación del ser humano, y así hablaba de cultura animi. Con esta expresión latina traducía el concepto griego de paideia (educación) y se refería a un ideal de humanidad que debe ser alcanzado, para lo cual se necesita un "cultivo" personal, una tarea de formación y asimilación de una forma de vida que se considera ideal y humanizadora, ya sea la griega o la romana. Cultivarse es formarse en una comunidad determinada.
La cultura sería el suelo de las verdades que nos orientan. No las verdades mismas, sino su suelo, porque la cultura es una forma de mirar el mundo y no lo que en él se descubre.
A. Tornos
Dos formas de entender la cultura
El sentido etimológico de cultura agrupa dos acepciones fundamentales: formación personal e inserción en una comunidad. En la Edad Moderna, sobre todo en la Ilustración (siglo XVIII), se presentan como dos sentidos distintos de cultura: una cosas es formarse como individuo y otra integrarse en una comunidad o nación. Esta es la explicación de los dos conceptos de cultura más usados habitualmente:
- Cultura en sentido pedagógico: La cultura representa un ideal humano que hay que alcanzar y se cifra en una serie de conocimientos e informaciones que se deben tener o actividades que hay que realizar. Este ideal humano depende de cada pueblo o de cada cultura en su segundo sentido.
- Cultura en sentido etnográfico: La cultura es una forma de vida y de interpretar la naturaleza, producto de una sociedad. La cultura es el conjunto de creencias, tradiciones y técnicas de una determinada "etnia".
Actualmente, en una situación de diversidad cultura, ¿pueden armonizarse los dos sentidos?, ¿cuál es más importante?, ¿hay una formación de la persona más allá de cada cultura particular? La universalidad del primer sentido, que puede concretarse en el desarrollo de todas nuestras capacidades y en un cierto grado de felicidad, ¿puede extenderse a todas las culturas? Todas estas preguntas, y otras muchas, serán las propias de una aproximación filosófica a este tema.
Pero, antes de entrar en el estudio de la cultura (científica y filosóficamente), ¿ qué proporciona ésta al ser humano, en cualquiera de los dos sentidos del término?
Lo que le debemos a la cultura
Además de constituirnos como individuos, la cultura nos constituye como personas. No sólo hace posible la vida humana, también nos ayuda a que cada uno encontremos un camino propio de realización. Gracias a la cultura, estamos en el mundo de una determinada manera y no nos conformamos con vivir, sino que vivimos con sentido. La cultura hace que no sólo tengamos un entorno físico o un medio ambiente, como cualquier animal, sino también un mundo. Con la cultura habitamos los lugares, soñamos el tiempo y tenemos sentido.
- Habitar los lugares
Nuestra vida está condicionada por los paisajes y geografías en los que nacemos y vivimos. El espacio donde desarrollamos nuestras actividades habituales no es un espacio geométrico que baste sólo medir y calcular. El espacio humano tiene connotaciones: una misma habitación, por ejemplo, puede ser percibida como apacible, sobrecogedora, etc., o una ciudad puede ser vivida como amistosa, acogedora, etc. Esa humanización y personalización del espacio es obra de la cultura, y de cada cultura de una forma particular.
- Soñar el tiempo
El ser humano no puede vivir sin recordar y sin proyectar. La vida humana es tiempo, pero no entendido como una mera sucesión de instantes, sino un tiempo con sentido, con unos momentos relevantes y otros intrascendentes. No es lo mismo un día de trabajo que un día de vacaciones, aunque en los dos casos se trata de 24 horas. La cultura que vivimos nos va a ofrecer elementos para estructurar nuestro tiempo y crear nuestra manera personal de vivirlo.
- Tener sentido
Cada cultura ofrece un modo de vida a los individuos que participan de esa cultura. Ésta se constituye en la red de símbolos y expresiones con la que los humanos damos sentido al mundo, ponemos cada cosa en su lugar y nos entendemos unos a otros. Comprender una cultura es entender su forma de dar sentido a la realidad y sus lenguajes. Por eso, un mismo hecho puede tener un sentido u otro según la red simbólica de cada cultura. Esto es así porque las personas no viven entre "hechos" sino entre "sentidos".