Neurocientífico y profesor de Psicología, Neurociencia y Neurología en la Universidad del Sur de California
Y EL CEREBRO CREÓ AL HOMBRE
¿Cómo puede el cerebro generar emociones, sentimientos, ideas y el yo?
Editorial Destino, Grupo Planeta, Barcelona (2010)
Edición original de 2010
Título original: Self comes to mind
Edición digital para eBook de 2018
Edición digital para eBook de 2018
Traducción de Ferran Meler Orti
Índice:
Parte I - EMPEZAR DE NUEVO
Capítulo 1 - Despertar
Capítulo 2 - De la regulación de la vida al valor biológico
Parte II - ¿QUÉ HAY EN UN CEREBRO QUE PUEDA SER UNA MENTE?
Capítulo 3 - Crear mapas y elaborar imágenes
Capítulo 4 - El cuerpo en la mente
Capítulo 5 - Emociones y sentimientos
Capítulo 6 - Una arquitectura para la memoria
Parte III - SER CONSCIENTE
Capítulo 7 - La conciencia observada
Capítulo 8 - La construcción de una mente consciente
Capítulo 9 - El sí mismo autobiográfico
Capítulo 10 - Hacia una visión de conjunto
Parte IV - MUCHO TIEMPO DESPUÉS DE LA CONCIENCIA
Capítulo 11 - Vivir con una conciencia
Apéndice
Ideas seleccionadas:
- En cerebros modestos, formados por redes de neuronas configuradas como ganglios, las neuronas ayudan a las demás células del cuerpo y lo hacen a través de la recepción de señales que emiten las células corporales, ya sea fomentando la secreción de moléculas químicas (como sucede en el caso de una hormona que, secretada por una célula endocrina, llega hasta las células del cuerpo y cambia su función), ya sea haciendo posible los movimientos (como cuando las neuronas excitan las fibras musculares y hacen que se contraigan). En los intrincados cerebros de las criaturas complejas, sin embargo, las redes de neuronas llegan a imitar con el tiempo la estructura de partes del cuerpo a las que pertenecen. Terminan representando el estado del cuerpo, elaboran mapas, literalmente, del cuerpo para el que trabajan y se convierten en una suerte de sustituto virtual suyo, un doble neuronal. Y lo que es aún más importante, permanecen conectadas al cuerpo que imitan durante toda la vida.
- El organismo –el cuerpo y su cerebro– interactúa con los objetos, y el cerebro reacciona a la interacción. En lugar de elaborar un registro de la estructura de una entidad, el cerebro en realidad registra las múltiples consecuencias de las interacciones del organismo con la entidad. Lo que memorizamos de nuestro encuentro con un objeto dado no es sólo su estructura visual tal como queda acotada en las imágenes ópticas de la retina. Se precisan otras cosas más, a saber y en primer lugar, los patrones sensomotores relacionados con la visión del objeto (como los movimientos de los ojos y del cuello, o el movimiento del cuerpo en su conjuntos, si es pertinente); en segundo lugar, la pauta sensomotora relacionada con el tacto y la manipulación del objeto (si es pertinente); en tercer lugar, el patrón sensomotor resultante de la evocación de recuerdos previamente adquiridos y pertinentes al objeto; en cuatro lugar, los patrones sensomotores relacionados con el desencadenamiento de las emociones y las sensaciones sentidas relativas al objeto.
- En un momento determinado, un subconjunto de estas señales, una vez ensambladas y modificadas en ciertos núcleos superiores del tronco encefálico, generan sentimientos primordiales. El tronco encefálico no es un mero lugar de tránsito para las señales corporales que se dirigen hacia la corteza cerebral, sino una estación decisoria, esto es, capaz de sentir los cambios y responder en formas predeterminadas, aunque moduladas, en ese mismo nivel. El funcionamiento de esta maquinaria decisoria interviene en la construcción de sentimientos primordiales, de manera que esos sentimientos son más que simples "representaciones" del cuerpo, son más elaborados que los simples mapas. Los sentimientos primordiales son un subproducto de las circunstancias particulares en que se organizaron los núcleos del tronco encefálico, y de su inquebrantable bucle con el cuerpo. Y puede que a ello contribuyan también las características funcionales de las neuronas particulares que intervienen en el funcionamiento.
- [...] pese a la expansión funcional y anatómica de la corteza cerebral, las funciones del tronco encefálico no se duplicaron en las estructuras corticales. La consecuencia de esta división económica de papeles es una interdependencia completa y fatídica del tronco encefálico y de la corteza cerebral, que se hallan obligados a cooperar entre sí.
A la evolución del cerebro se le planteó un importante punto crítico anatómico y funcional, que la selección natural, como era de esperar, resolvió. Dado que al tronco encefálico todavía se le pedía que garantizara la plena operatividad de la regulación de la vida y los fundamentos de la conciencia para el conjunto del sistema nervioso, era necesario encontrar una vía que permitiera garantizar que el tronco encefálico influyera en la corteza cerebral y, lo que era igual de importante, que las actividades de la corteza cerebral influyeran en el tronco encefálico, de una manera más crítica, sin duda, cuando se trataba de la construcción del sí mismo central.