Debido a la complejidad de las sociedades actuales, el concepto de ciudadanía puede observarse desde diversos puntos de vista en función de la forma en que los ciudadanos intervienen en la vida pública.
⇒ Ciudadanía política: Es el derecho de participar en las decisiones colectivas. En nuestras sociedades para intervenir en las decisiones de ámbito nacional es preciso ser miembro de pleno derecho de un país y poseer la nacionalidad. Ésta certifica la condición de pertenencia a una comunidad nacional determinada.
⇒ Ciudadanía social y económica: El hecho de pertenecer a un país determinado obliga a una serie de compromisos, como pagar impuestos y cuidar y conservar el entorno; pero también permite acceder a servicios y derechos sociales, como la atención médica, la educación, el trabajo digno, la prestación de desempleo, etc.
⇒ Ciudadanía cívica: Es la posibilidad de establecer multitud de relaciones en la comunidad, principalmente a través de asociaciones de las que es posible formar parte de una manera espontánea y voluntaria: familias, asociaciones vecinales, culturales y deportivas, sindicatos, partidos políticos, etc.
⇒ Ciudadanía intercultural: En las sociedades abiertas se produce una convivencia de grupos con culturas diferentes. Todos los ciudadanos, sin excepción, pueden adscribirse a aquella cultural, religión o modo de vida que estimen más conveniente o con la que se sientan más identificados, sin estar obligados a ello por tradición o cualquier otro motivo no elegido libremente.
⇒ Ciudadanía ecológica: Supone compartir un mismo entorno físico que tenemos que cuidar y conservar, no sólo para nosotros, sino también para las generaciones futuras.
Desde el punto de vista social y económico, todos los ciudadanos tienen derecho a un trabajo digno. |
En España se observan varios grados de ciudadanía:
- Una ciudadanía plena para aquellos que poseen la nacionalidad (reconocida en su DNI y en su pasaporte).
- Una ciudadanía restringida para aquellos que no poseen la nacionalidad pero residen legalmente en el país.
La diferencia entre unos y otros radica en la ciudadanía política: los que poseen la nacionalidad pueden participar en todas las decisiones colectivas y los que no la poseen, pero disponen de permisos de residencia, sólo pueden participar en decisiones de ámbito municipal en la localidad en la que están empadronados.