Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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lunes, 29 de marzo de 2021

¿De qué depende la temperatura de la Tierra?

1. Distancia del Sol y algo más

La superficie de nuestro planeta tiene una temperatura media de 15ºC, la de Venus es de 447ºC (suficiente para fundir el plomo) y la de Marte es de -55ºC. De estos datos podría deducirse que la Tierra se encuentra a la distancia adecuada del Sol, mientras que Venus está demasiado cerca y Marte demasiado lejos.

Sin embargo, de acuerdo con su distancia al Sol, la temperatura teórica que tendrán en ausencia de atmósfera es inferior a la real en todos los casos: Venus 155ºC, Tierra -18ºC y Marte -63ºC.

2. La composición atmosférica

El aire seco y limpio está constituido mayoritariamente por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%). Del 1% restante, el gas más abundante es el argón. El dióxido de carbono (CO₂) apenas representa el 0,036% o, como se representa más frecuentemente, 360 partes por millón (ppm); a pesar de ello su papel es clave.
Pero el aire nunca está completamente seco y limpio. Contiene una cantidad de vapor de agua, humedad, que cambia con frecuencia de un lugar a otro o de un día al siguiente. También tiene pequeñas partículas en suspensión, llamadas aerosoles, que pueden ser de origen natural, como el polvo levantado por el viento, la sal marina o las emisiones volcánicas, o pueden deberse a actividades humanas, por ejemplo el hollín producido por la quema de bosques y rastrojos.
Los planetas más cercanos nos ofrecen una primera pista acerca de lo que puede causar el efecto invernadero. La atmósfera de Marte es muy tenue, mientras que la de Venus es muy densa y con un altísimo contenido en CO₂.

3. Un invernadero natural

La temperatura de nuestro planeta sería de -18ºC en ausencia de atmósfera, y a ella debemos que alcance los 15ºC. La diferencia entre ambos valores se conoce como efecto invernadero natural, término con el que se alude al comportamiento de la atmósfera terrestre actuando como una cubierta protectora y transparente, que recuerda al vidrio de un invernadero. Deja pasar la radiación solar pero dificulta la pérdida de calor, incrementando así la temperatura del aire que nos rodea.

 Gases de efecto invernadero 

En la atmósfera terrestre, los gases de efecto invernadero más importantes son:

  • El vapor de agua: Es el principal contribuyente al efecto invernadero natural.
  • El dióxido de carbono: Sigue en importancia al vapor de agua. De forma natural, el CO₂ es emitido por los volcanes y por los organismos en su respiración.
  • El metano: Emitido en los procesos de digestión de los rumiantes, en vertederos y en ciénagas.

4. ¿Cómo funciona el efecto invernadero?

La radiación solar que llega a la Tierra sigue tres caminos:

  • El 30% es reflejada por la atmósfera o por la superficie terrestre y devuelta al espacio exterior sin que nuestro planeta se caliente en este proceso. Es lo que se conoce como albedo.
  • El 19% es absorbida por las nubes y otros componentes atmosféricos.
  • El 51% restante es absorbida por la superficie terrestre (continentes y océanos) que incrementa así su temperatura.
La superficie "devuelve" esa energía que ha absorbido pero en forma de radiación infrarroja. Los gases de efecto invernadero absorben la radiación infrarroja, calientan el aire y dificultan la emisión de calor hacia el espacio exterior.

Que la atmósfera obstaculice la emisión de la radiación infrarroja hacia el exterior no significa que esta radiación no termine saliendo. Existe un equilibrio entre la energía solar que llega a la Tierra y la energía térmica emitida hacia el espacio exterior. Si no fuese así, la temperatura de nuestro planeta no dejaría de aumentar.

 ¿Por qué la radiación solar no calienta el aire al entrar pero sí al salir? 

La radiación solar que llega a las capas bajas de la atmósfera es, fundamentalmente, luz visible. El aire resulta "transparente" para ella; sin embargo, el suelo la absorbe y se calienta, emitiendo radiación infrarroja que sí tiene capacidad de calentar el aire.

La radiación infrarroja es emitida por todos los objetos, tanto más cuanto más calientes están, y resulta invisible. Las gafas de visión nocturna permiten verla y diferencian los objetos por su temperatura. 


lunes, 8 de marzo de 2021

Motivación y psicología

Por ser tan extenso el campo de estudio de la conducta y tantas las posibilidades de subdivisión, se han probado, desde los comienzos de la psicología científica, varios agrupamientos, subagrupamientos y reagrupamientos. El problema de la motivación se ha estudiado, en distintos momentos, de diferentes modos:

1) Incorporándolo como partes subordinadas de otras áreas mayores, tales como el estudio de la personalidad o los procesos de aprendizaje.
2) Ignorándolo, como en el estructuralismo y en la primera psicofísica experimental.
3) Considerándolo como una serie separada de problemas que requieren un enfoque específico.


Ya en 1952, Wolfle y sus colaboradores dieron a la motivación un papel independiente en el curriculum psicológico, tanto como un área teórico como un campo de investigación. El crecimiento del interés por la motivación se debía a varias razones. Las teorías e investigaciones surgidas en los procesos perceptuales y de aprendizaje han ocasionado la necesidad de más información sobre las diferencias subyacentes en las probabilidades de respuesta aparentemente no atribuibles a los procesos sensoriales o a los hábitos. Los estudios sobre la organización de la personalidad, la eficiencia predecible de la psicometría, la dinámica de grupo y la conducta clínica y anormal han subrayado, una y otra vez, la necesidad de obtener conceptos que manejen los procesos que en ellas intervienen, y que, presumiblemente, son de carácter motivacional.

Un estudio científico de la conducta debe surgir ya sea de una serie de principios (o sistema) en cuyo contexto puedan predecirse las contingencias individuales, o llegar a él. Tanto la teoría conductual como la teoría de la personalidad están llenas de suposiciones e hipótesis sobre los principios motivacionales subyacentes. Tenemos la impresión de que estos principios se desarrollaron para dar razón de esa variabilidad que los conceptos de percepción, hábito y estructura de la personalidad dejaron sin explicar.

A la hora de plantear un estudio general sobre la motivación, tropezamos con varios hechos evidentes:

Todas las teorías psicológicas usan variables de tipo motivacional. Algunas teorías le dan, en su particular sistema, más importancia que otras. Algunas las identifican con eventos reales o inferidos, mientras que otras las tratan sólo como ficciones convenientes.

Es probable que el tipo de construcción hipotética motivacional usada armonice con los orígenes filosóficos de la teoría principal, incluso cuando es necesario ampliar el concepto motivacional asignándole un significado (o significados) por completo nuevo.

El que más de un teórico use el mismo nombre-concepto no es garantía de que esté buscando un terreno común con otra persona que también lo emplee; o hablando más específicamente, que signifique la misma cosa cuando usa el mismo término.

Está claro que las pruebas en apoyo de una teoría se reúnen, en la mayoría de los casos, sólo en el propósito de ejemplos, circunstancias y formas que es probable que concuerden con el punto de vista en cuestión, más bien que con el objeto de proporcionar una prueba esencial al sistema teórico que lo origina.