Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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jueves, 16 de enero de 2020

Las tres generaciones de derechos humanos

1. Introducción
Los derechos humanos se han ido reconociendo a lo largo de la historia, a través de un lento proceso de aprendizaje moral que no ha terminado todavía. En este proceso se pueden distinguir, hasta ahora, tres grandes fases, que se suelen denominar "las tres generaciones" de los derechos humanos.

2. Primera generación: los derechos de la libertad
La "primera generación" es la de los derechos civiles y políticos. Empezaron a ser reivindicados por la burguesía frente al Antiguo Régimen a partir del siglo XVI: el derecho a la vida y a la integridad física, a pensar y expresarse librremente, a reunirse con quien se desee, a desplazarse adonde uno quiera, a participar en el gobierno del propio país, a no ser detenido sin un motivo legal, a ser juzgado con garantías de imparcialidad, a tener propiedad, a comerciar libremente, etc.
En líneas generales podemos considerar estos derechos como inspirados en un valor moral básico que les sirve de guía: la libertad.

3. El Estado de derecho
Las constituciones de la mayor parte de los Estados modernos recogen el ideal de libertad en una serie de artículos que afirman que los individuos poseen unos derechos que nadie debe violar, y el Estado menos aún, puesto que la principal misión de éste consiste, precisamente, en garantizar su cumplimiento. Los teóricos del Estado constitucional moderno entienden que los derechos individuales funcionan como "cartas de triunfo" en manos de los ciudadanos, es decir, como exigencias totalmente prioritarias que deben prevalecer frente a cualquier pretensión que se intente en su contra. Por esta razón se puede considerar al Estado constitucional moderno como Estado de derecho, es decir, como el tipo de Estado en el que todos, especialmente los poderes públicos, están obligados por las leyes a respetar los derechos báscios de las personas.

4. Segunda generación: los derechos de la igualdad
La "segunda generación" se refiere a los derechos económicos, sociales y culturales, como el derecho al empleo y al salario justo, a la vivienda, a la salud, a la educación, a la cultura, a la pensión de jubilación, etc. Estos derechos fueron reivindicados sobre todo por el movimiento obrero a lo largo de los dos últimos siglos. Con ellos se pretende dotar de un apoyo real a los derechos de la primera generación, porque difícilmente se pueden ejercer los derechos civiles y políticos si no se tiene un mínimo de ingresos económicos, una protección contra la enfermedad, un mínimo de nivel cultural, etc.
Este tipo de exigencias fue abriendo el camino a una nueva mentalidad según la cual es necesario que el Estado no se limite a mantener el orden público y el cumplimiento de los contratos, sino que actúe positivamente (sobre todo a través de los impuestos) para que los derechos de la primera generación no sean unos privilegios de unos cuantos, sino una realidad para todos. Por esta razón se dice que la segunda generación constituye un conjunto de exigencias de la igualdad. Por ejemplo, la igualdad de oportunidades para todos, con independencia del sexo, del origen social o étnico, de la condición de discapacitado, etc., es un valor que se expresa en estos derechos de la segunda generación.

5. El Estado social de derecho
El progresivo reconocimiento de este tipo de derechos económicos, sociales y culturales ha dado lugar al Estado social de derecho, que es el tipo de Estado que garantiza las mismas libertades básicas que el modelo liberal anterior, pero además intenta redistribuir la riqueza para asegurar que toda la población tenga cubiertas las necesidades básicas y disponga de similares oportunidades para ejercer los derechos civiles y políticos.

6. Tercera generación: los derechos de la solidaridad
Por último, los llamados "derechos de la tercera generación" incluyen el que toda persona tiene que nacer y vivir en un medio ambiente sano, no contaminado de polución y de ruido, el derecho a nacer y vivir en una sociedad en paz y el derecho al desarrollo. Estos derechos han sido recogidos en declaraciones internacionales recientes, en las que se intenta comprometer a todos los Estados para que se cumplan en todas partes. Porque son unos derechos tan básicos que sin ellos difícilmente se pueden hacer realidad los derechos de la primera y de la segunda generación.
Es necesaria la solidaridad internacional para que se puedan cumplir esos derechos de la tercera generación Porque, ¿cómo se podrá acabar con la contaminación del medio ambiente si unos países se comprometen a no contaminar y otros no? ¿Cómo se podrá terminar con las guerras mientras no haya un firme compromiso de todos para controlar el tráfico de armas? ¿Cómo se puede alcanzar el desarrollo de todos los pueblos sin una ayuda continuada y eficaz?


7. Aparición de nuevos derechos humanos en el futuro
Igual que se avanza en ciencia se avanza en moral y ética. La historia nos ha ido enseñando la insuficiencia de los modelos de estado precedentes, y los conflictos políticos, civiles y económicos han ido completando nuestra visión del hombre y del mundo.
Las tres generaciones de derechos constituyen, por el momento, los requisitos básicos para llevar una vida digna. Pero la historia no se detiene, y ya se está hablando de nuevas generaciones de derechos humanos. En 1995 la ONU aprobó una Declaración sobre los derechos de las poblaciones indígenas, y en 1997 la UNESCO proclamó una Declaración universal sobre el genoma y los derechos humanos. Cada vez que la conciencia colectiva de la humanidad reconoce un agravio que se venía cometiendo impunemente y cada vez que los avances científico-técnicos muestran un nuevo aspecto de vulnerabilidad de la vida humana, habremos de establecer nuevos derechos humanos para proteger la integridad y la dignidad de las personas. Porque, de no ser así, corremos el riesgo de regresar a la ley de la jungla. En definitiva, el respeto a los derechos humanos marca la línea fronteriza entre la vida civilizada y la barbarie. 

sábado, 11 de enero de 2020

El sistema nervioso y la conducta

El sistema nervioso (SN) está constituido por tres estructuras bien diferenciadas e interrelacionadas en el ser humano: el sistema nervioso central (SNC), el sistema autónomo o vegetativo (SNA o SNV) y el sistema nervioso periférico (SNP).
En el córtex cerebral o corteza cerebral asientan las estructuras biológicas que sostienen los procesos más esenciales para la conducta humana, como son la sensibilidad, el atender, el percibir, el aprender, el memorizar, el hablar y el sentir. El cortex cerebral es la envoltura exterior de células del cerebro, de 1'5 a 4 mms. de espesor y con el 40% del peso total del cerebro. Es la estructura más reciente de los vertebrados.

En las formas superiores de los mamíferos se han desarrollado una serie de pliegues en la corteza cerebral, llamados surcos o cisuras y giros. Estos pliegues han permitido aumental la cantidad del córtex dado el limitado espacio del cráneo. De entre ellas hay que destacar la cisura de Rolando o surco central, que separa la porción anterior y la porción posterior del córtex, y la cisura de Silvio o surco lateral, que escinde la corteza de una parte superior y otra inferior. Las zonas que quedan delimitadas por los surcos se han denominado lóbulo frontal, lóbulo temporal, lóbulo parietal y lóbulo occipital.
El cerebro está dividido en dos hemisferios (izquierdo y derecho), conectados por el cuerpo calloso, estando cada uno de los hemisferios especializados en ciertas funciones concretas. La sensibilidad general de una mano y la de una mitad del campo visual se proyectan en el hemisferio contralateral. La información olfativa es conducida al hemisferio homolateral. La audición se proyecta en su mayor parte al hemisferio contralateral.
Existen regiones del córtex especializadas. El área de Broca y el área de Wernicke intervienen en la producción y comprensión del lenguaje.
Otras porciones del SNC son el cerebelo, que coordina los movimientos musculares y el equilibrio, y la médula espinal, que conecta los nervios periféricos con las estaciones superiores del SNC.
El sistema nervioso autónomo o vegetativo está encargado de regular, ajustar y coordinar las funciones y actividades viscerales, como la digestión, circulación, respiración, etc., participando en las emociones. La función primordial del SNA es mantener la homeostasis corporal. Está compuesto por el simpático, que estimula las actividades, y el parasimpático, que las inhibe.
El sistema nervioso periférico, constituido por los pares craneales y el conjunto de fibras nerviosas aferentes (sensitivas) y eferentes (motoras), es el responsable de transmitir los impulsos nerviosos desde la periferia hasta el cerebro y viceversa. 

lunes, 6 de enero de 2020

Las ECV: la primera causa de mortalidad en el mundo

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen la primera causa de defunción en el mundo, especialmente en los países desarrollados. Su nombre proviene del griego kardia, corazón, y del latín vasculum, pequeño vaso, porque afectan al corazón o a los vasos sanguíneos.

1. ¿Qué es un infarto?
El corazón humano tiene apenas el tamaño de un puño y, sin embargo, es el músculo más fuerte del cuerpo. Con cada latido, envía sangre cargada de oxígeno y nutrientes a todo el organismo. A su vez, el músculo del corazón, denominado miocardio, obtiene oxígeno y nutrientes a través de la sangre que le llega por las arterias coronarias que se ramifican en multitud de capilares.
El infarto de miocardio pertenece al grupo de las ECV. Cuando se produce un infarto, el flujo de la sangre que circula por algún vaso del corazón se bloquea. La sangre deja de llegar a una zona del músculo cardíaco y cesa el aporte de oxígeno y nutrientes. El resultado es la muerte del tejido muscular y daños permanentes en el corazón.
Si el bloqueo es sólo parcial, y reduce el flujo de sangre a una zona del corazón, se produce un fuerte dolor en el pecho, llamado angina. En este caso, no se suelen producir daños irreversibles en el miocardio, pero es un síntoma de que algo no va bien en el corazón. El infarto de miocardio se denomina también ataque cardíaco.

2. Síntomas de un infarto
Los infartos de miocardio graves empiezan generalmente como un dolor o malestar en el centro del pecho, que dura varios minutos o tiende a repetirse. El dolor o malestar puede irradiar hacia los brazos, el hombro izquierdo, los codos, la mandíbula o la espalda. Además puede haber: dificultad para respirar, náuseas o vómitos, mareos, sudor frío y palidez.
Las ECV son enfermedades graves y la supervivencia depende mucho del tiempo que pasa el enfermo hasta ser atendido por un especialista. Cada segundo cuenta. Por eso, hay que actuar con rapidez y llevar al enfermo a un hospital cercano. Si no hay un hospital cercano, hay que llamar al médico de urgencias.

3. ¿Por qué se produce?
Los infartos de miocardio se deben, fundamentalmente, a la obstrucción de una de las ramificaciones de la arteria coronaria. La causa más frecuente de la obstrucción es el depósito de lípidos (grasas y colesterol) en la pared interna de las arterias.
Como consecuencia de estas placas de grasa, la luz (diámetro) de la arteria se hace menor y su pared, rugosa y rígida. Al pasar la sangre por la zonas rugosas pueden formarse coágulos o trombos que taponan los vasos. Por eso un infarto se conoce también como una trombosis coronaria.
Este proceso se puede ver facilitado si, por algún motivo, la sangre circula de forma más lenta de lo normal o las paredes de los vasos han perdido su elasticidad.
La formación de trombos puede afectar también a las arterias de otros órganos vitales. En el caso de que suceda, por ejemplo, en una arteria del cerebro se denomina accidente cerebrovascular (ACV).      

domingo, 5 de enero de 2020

La maduración biológica

Hay una serie de principios que regulan la maduración biológica:

Los tejidos y órganos más primitvos en la escala evolutiva de las especies son los primeros en madurar, mientras que los más recientes (tejido nervioso) son los más tardíos.
La maduración tiene una línea de progreso céfalo-caudal y próximo-distal, es decir, primero madura lo cerca de la cabeza y luego lo más lejano, y antes lo hace lo cercano al tronco y después lo más alejado.
La maduración es un proceso esencialmente autónomo, que se origina desde el organismo, no siendo un producto del ambiente. Ahora bien, autonomía no quiere decir independencia: el proceso madurativo no puede ser ajeno al entorno, pudiendo ser favorecido o entorpecido por las influencias ambientales.
Para que pueda producirse un aprendizaje es preciso que el organismo haya alcanzado la maduración oportuna, especialmente de aquellas estructuras que se hallen incluidas en el acto de aprender. Como el sistema nervioso siempre toma parte en el aprendizaje, su maduración se torna en el hombre algo necesario e imprescindible para la adquisición de cualquier pauta de conducta.
Los rasgos que permiten señalar que una estructura o una pauta comportamental derivan de procesos madurativos, son:
  • Aparición relativamente repetitiva.
  • Aparición en el mismo momento cronológico en la mayoría de los sujetos de la especie, al margen del ambiente en que se haya desarrollado.

sábado, 4 de enero de 2020

Bases filosóficas de los derechos humanos

La igualdad fundamental entre todos los hombres exige un reconocimiento cada vez mayor. Porque todos ellos, dotados de un alma racional y creados a imagen de Dios, tienen la misma naturaleza y el mismo origen.
Concilio Vaticano II, Constitución. Gaudium et Spes

Si nos preguntamos qué razones hay para reconocer a todas las personas una misma dignidad y, por tanto, los mismos derechos básicos, caben varias posibilidades de respuesta.

1. Las creencias religiosas como base de los derechos humanos
La mayoría de las religiones sostienen que los seres humanos tenemos una dignidad muy elevada, superior al resto de los animales y muy superior a todas las demás criaturas. En el caso del judaísmo, del cristianismo y del islam, la razón para afirmar esa dignidad especial de los seres humanos se encuentra en los relatos sagrados, según los cuales hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Por ello, cualquer ofensa o daño que atenta contra las personas está prohibido por los mandamientos religiosos. Desde este punto de vista, los derechos humanos pueden entenderse como una nueva manera de expresar la idea de que toda persona es nuestro prójimo y que hemos de tratarnos unos a otros como buenos hermanos.

2. La naturaleza humana común
Muchos filósofos a lo largo de la historia han sostenido la idea de que los seres humanos compartimos una misma naturaleza: pertenecemos a la misma especie animal y tenemos básicamente las mismas necesidades, los mismos miedos y las mismas aspiraciones de felicidad. La especie humana ha tenido que superar muy diversos obstáculos para sobrevivir a lo largo de los siglos. En ese proceso, el descubrimiento de la agricultura y la invención de multitud de técnicas y artefactos han servido a la humanidad para vivir cada vez más y mejor.
Desde este punto de vista, los derechos humanos son un descubrimiento más en el proceso de adaptación y supervivencia de la especie: o nos comportamos mutuamente de manera fraternal, respetando los derechos humanos, o, de lo contrario, corremos el riesgo de desaparece.

Las diferencias en el atuendo y en la forma de vivir de distintos sectores de la población no deben hacernos olvidar la igualdad esencial de los seres humanos.
La razón de que el hombre sea un ser social, más que cualquier abeja o que cualquier otro animal gregario, es clara. La naturaleza no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra. [...] La palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio de los humanos frente a los demás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, y las demás apreciaciones. La participación comunitaria en éstas funda la casa familiar y la ciudad.
Aristóteles, Política

3. La racionalidad comunicativa y el reconocimiento mutuo
Por último, otros filósofos han sugerido que podemos encontrar una base para afirmar los derechos humanos en nuestra capacidad para pensar, hablar y comunicarnos. A esa capacidad nos referimos cuando decimos que somos seres dotados de razón o racionalidad.
Al reconocernos como seres que hablamos, que argumentamos, que intercambiamos nuestros puntos de vista, nos damos cuenta de que podemos encontrar juntos, mediante un diálogo abierto y permanente, las normas de comportamiento que todos podamos considerar aceptables. Los derechos humanos expresan esas normas universales de conducta que descubrimos cuando consideramos que toda persona es un interlocutor válido, capaz de dialogar y de expresar su modo de entender el bien y la justica.

El hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en sí mismo, no sólo como medio para usos cualesquiera de esta o aquella voluntad; debe en todas sus acciones, no sólo dirigidas a sí mismo, sino las dirigidas a los demás seres racionales, ser considerado siempre al mismo tiempo como fin. [...] Los seres racionales llámanse personas porque su naturaleza los distingue ya como fines en sí mismos, esto es, como algo que no puede ser usado meramente como medio y, por tanto, limita en este sentido todo capricho y es objeto de respeto.
Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres 
 
  

jueves, 2 de enero de 2020

Estudio de los principales métodos psicológicos

1. El método experimental
El método experimental implica la idea de causalidad, esto es, la aceptación apriorística de relaciones causa-efecto en la conducta, con tres tipos de variables: variable independiente (causa), variable dependiente (fenómeno estudiado) y variables extrañas (aspectos de la realidad).
El método experimental sacrifica el conocimiento del individuo a una ciencia de lo general, el conocimiento global al analítico y lo subjetivo a lo objetivo.
Dentro del método experimental cabe hablar de dos estrategias para elaborar teorías científicas: la hipotético-deductiva y la inductiva. En el primer caso se aplican los pasos del método experimental en el orden estricto: se parte de hipótesis de trabajo, de las cuales se deducen casos concretos, con los que se experimenta para verificar la hipótesis. En el método inductivo, se experimenta con el debido rigor y control sobre ciertos hechos de la realidad, sin hipótesis previas, induciendo generalizaciones o leyes a partir de los datos empíricos registrados.
Un experimento implica cuatro pasos:

Determinación de un problema: El problema se define operativamente, esto es, se describe de forma que sea experimentalmente manejable, lo que implica que podamos controlar todos los elementos que lo constituyen.
Creación de la hipótesis presuntamente explicativa: La hipótesis debe ser una presunta solución del problema, pudiendo someterse a constatación, aceptándose o refutándose después. Una hipótesis de trabajo ha de incluir una explicitación de la relación causal que podemos encontrar entre la variable independiente y la variable dependiente. A partir de la hipótesis se monta el diseño experimental, pudiendo ser, en función de los sujetos, un diseño intrasujeto o intersujeto, y en función de la variables, un diseño univariado o multivariado. También puede hablarse de la validez del diseño, tanto validez interna como externa.
Comprobación de la hipótesis: Hay que poner en práctica la situación descrita en el diseño, ajustándose totalmente a lo señalado por medio de una adecuada planificación. Tras llevar a cabo el experimento surgen una serie de datos derivados de las medidas efectuadas sobre las variables dependientes, datos que habitualmente no son interpretables de manera directa. Estos datos brutos se someten al análisis de datos, que consiste en ciertas operaciones estadísticas que aportan otros datos, que reciben el nombre de resultados del experimento.
Análisis de los resultados: Los resultados numéricos del experimento no poseen significación de por sí, siendo sólo una indicación de cómo ha variado la variable dependiente en relación con los cambios que hemos producido en la variable independiente. Lo primero a realizar es un análisis de los resultados en función de la hipótesis de trabajo, lo que se conoce como discusión, la cual debe conducit a la confirmación o refutación de la hipótesis. La discusión se centra también en la posibilidad de generalizar los resultados.

2. El método correlacional
Es propio de la psicología diferencial. Posee un carácter básicamente descriptivo: recoger, ordenar y clasificar datos, sin que implique pretensiones de comprobar hipótesis. Se acerca a los hechos de la vida real y tiene un interés por la aplicación. Se apoya bastante en la estadística y en los tests mentales, implicando medida, recuento, búsqueda de parámetros, etc.

3. El método observacional (método etológico)
En el campo de la conducta, la observación se ocupa del registro metódico de los aspectos públicos o externos de la misma, ya se trate de elementos específicos o comportamientos globales. Habitualmente no se apoya en instrumentos, pero puede hacerlo, en cuyo caso perfecciona el registro de lo observado. Hay cuatro criterios para hablar de observación científica:
① que sirva a un objetivo de investigación previamente formulado;
② que esté sistemáticamente planificada;
③ que esté controlada y relacionada con proposiciones más generales, en vez de ser presentada como una serie de curiosidades;
④ que esté sujeta a comprobaciones de validez y fiabilidad.

Las fases del método observacional son:
⑴ Formulación de un problema;
⑵ Recogida de datos, valiéndose de unidades de tiempo;
⑶ Análisis e interpretación de los datos recogidos, tanto cualitativa como cuantitativamente, tratando de probar la hipótesis de trabajo formulada;
⑷ Comunicación de los resultados.

El método etológico hace referencia a la observación natural de la conducta de cualquier especie animal, o del propio ser humano, en su hábitat natural o en un medio artificial lo más semejante posible.
El método observacional posibilita el registro de conductas reales, permitiendo conocer los hechos tal como ocurren. Al mismo tiempo, tiene limitaciones, como la alteración de la conducta debido al hecho de sentirse observado.

4. El método clínico
Este enfoque ideográfico¹ no es ajeno a fines nomotéticos², pues la sucesiva acumulación de datos llega a permitir generalizaciones más o menos válidas o fiables. La entrevista clínica es la base del método, pudiendo ser:
- Entrevista de corte conductual, muy sistematizada y dirigida.
- Entrevista de corte dinámico, muy poco directiva y de carácter abierto, más participativa.
En la entrevista pueden darse errores procedentes de la situación (factores físicos), del entrevistado (mala interpretación de las preguntas) y del entrevistador (preguntas oscuras o inoportunas).

5. El método introspectivo
La introspección consiste en dirigir la atención, de forma consciente y controlada, hacia los procesos y estados anímicos para registrar y describir las diferentes fases de su curso y la multiplicidad de sus contenidos. Las objeciones que se han hecho a la introspección son:
- En una observación científica no pueden coincidir el observador y el fenómeno observado.
- Imposibilidad o dificultad para comunicar, mediante el lenguaje verbal, los fenómenos psíquicos experimentados.

6. El método psicoanalítico
El psicoanálisis, aparte de una teoría sobre la conducta humana, es también un método de estudio de la misma y una técnica terapéutica. Método y técnica coinciden enteramente, poseyendo idénticos fundamentos y reglas. La técnica psicoanalítica se apoya en un conjunto de reglas y procedimientos, mediante los cuales se persigue evidenciar una serie de procesos conductuales que son objeto del oportuno análisis, haciendo consciente lo inconsciente.
La comunicación entre el psicoanalista y el paciente sigue cuatro reglas técnicas:
Asociación libre: El analizado ha de comprometerse a verbalizar todo lo que pasa por su mente, sin crítica ni censura, aunque le parezca absurdo, inconveniente o fuera de lugar. Se persigue con ello que dé la cara al material conscientemente oculto, y sobre todo, el reprimido en el inconsciente.
Atención flotante: Estado de conciencia que debe adoptar el analista cuando ejecuta su investigación, un nivel de atención peculiar, abierto a todos los mensajes, sin concentrarse en nada particular. Se establece una comunicación de inconsciente a inconsciente.
Neutralidad: El analista no puede ni debe emitir ningún tipo de juicio sobre lo que transmite el analizado, permaneciendo como una especie de espejo o pantalla que recibe, sin distorsionar, lo que transmite el sujeto, para devolverlo interpretado. Ser neutral significa ser objetivo, controlar las variables personales que alterarían la observación participante que el psicoanalista supone.
  Abstinencia: Ni analista ni analizado pueden pasar a actos los deseos o contenidos movilizados en la comunicación, limitándose el sujeto a verbalizar sin crítica y el psicoanalista a escuchar, señalar, clarificar, ayudar e interpretar, sin que puedan tener lugar contactos físicos, relaciones amistosas, encuentros fuera de las sesiones, etc.
A lo largo del análisis, el sujeto puede encontrarse con dificultades, denominadas resistencias, las cuales son inconscientes debiendo ser diluidas. Las resistencias transferenciales implican que cuando el analizado va alcanzando los puntos más calientes de sus conflictos intrapsíquicos, en vez de recuperar para el yo tales contenidos, se resiste inconscientemente trasladando los conflictos movilizados desde las figuras representativas de su infancia al presente, llegándose a crear una auténtica neurosis artificial que sustituye a la primitiva, a la originaria, lo que se conoce como neurosis de transferencia.
Los instrumentos de que se vale el psicoanalista son:
Señalamiento: Hacer consciente al sujeto sus resistencias o la presencia de cualquier otro material analítico, para que lo reconozca.
Aclaración o esclarecimiento: Revelar ciertos aspectos conscientes o preconscientes de las defensas y afectos displacenteros.
Interpretación: Hacer consciente el significado, el origen, la historia, el modo o la causa insconsciente del fenómeno analizado.
Traslaboración: Se trata de exploraciones repetitivas, progresivas y elaboradas de las resistencias y del material que ha pasado a ser consciente, gracias a lo cual se pueden hacer reconstrucciones de los conflictos intrapsíquicos del sujeto, así como debilitar las resistencias, para establecer los cambios personales perseguidos en cuanto técnica terapéutica.

7. El método fenomenológico
La fenomenología es un procedimiento empírico, mantenido gracias a la existencia de una comunicación profunda entre el sujeto y el observador, el cual debe empeñarse en una captación intuitiva de los estados psíquicos experimentados por aquél, limitándolos y distinguiéndolos de otros, así como aplicándole términos precisos. El método fenomenológico se apoya en las autodescripciones o confidencias del sujeto, pudiendo utilizarse también autoinformes escritos o psicografías. Se diferencia del psicoanálisis en que persigue el conocimiento de lo consciente, nunca de lo inconsciente.

8. El método dialéctico
El significado de las cosas se va descubriendo mediante la yuxtaposición de una idea con su opuesta. La razón dialéctica no debe ser dogmática, sino crítica. La dialéctica crítica se descubre y se funda en y por la praxis humana.

9. El método lógico-matemático
Sistemas que contienen sus propias reglas internas de procedimiento, sin pretender en absoluto que tengan relación directa con la realidad. El único requerimiento de este sistema es el de que sean internamente consistentes, de tal manera que si partimos de datos iniciales verdaderos, y teniendo en cuenta las reglas de formación y de transformación que nos proporciona este método, llegaremos a conclusiones verdaderas.    

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¹ Las ciencias ideográficas tienen como objeto el estudio de los sucesos cambiantes (por ejemplo, la economía, el derecho o la historia).
² Las ciencias nomotéticas son aquellas que tienen por objeto las leyes lógicas, es decir, las ciencias de la naturaleza, que buscan estudiar procesos causales e invariables.