Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
@blog_trca

martes, 28 de enero de 2025

La vida que florece

Autor: MARTIN E.P. SELIGMAN (n. 1942)
Psicólogo y escritor estadounidense. Se le conoce principalmente por sus experimentos sobre la indefensión aprendida y su relación con la depresión, y por sus trabajos en el campo de la psicología positiva.
Licenciado en Psicología por la Universidad de Princeton, fue Presidente de la Asociación Estadounidense de Psicología en 1998. Desde 2005, es director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania.

LA VIDA QUE FLORECE
Una nueva concepción visionaria de la felicidad y el bienestar

Ediciones B, Barcelona, 2011
Traducción de Mercè Diago y Abel Debritto

Edición original: 2011

Índice:
PRIMERA PARTE - UNA NUEVA PSICOLOGÍA POSITIVA
1) ¿Qué es el bienestar?
2) Crear la propia felicidad: ejercicios de psicología positiva que funcionan
3) El secretito sucio de los fármacos y la terapia
4) Enseñar el bienestar: la magia del MAPP
5) Educación positiva: enseñar bienestar a los jóvenes
SEGUNDA PARTE - LOS CAMINOS HACIA EL CRECIMIENTO PERSONAL
6) Determinación, carácter y logros: nueva teoría sobre la inteligencia
7) Un ejército en forma: Aptitud Militar Global
8) Convertir el trauma en crecimiento
9) Salud física positiva: la biología del optimismo
10) Política y economía del bienestar
APÉNDICE: Test de las fortalezas principales

Ideas seleccionadas:

- La prosperidad típica se ha equiparado a la riqueza. Basándonos en esta formulación, en los países ricos suele decirse que quizá sea ésta la última generación que estará mejor que sus padres. Tal vez sea cierto con respecto al dinero, pero ¿acaso todos los padres quieren que sus hijos tengan más dinero? No creo. Lo que los padres quieren para sus hijos es más bienestar del que ellos han disfrutado. De acuerdo con este criterio, albergamos la esperanza de que nuestros hijos estén mejor que sus padres.
Ha llegado el momento de abogar por una nueva prosperidad, que tome el crecimiento personal como objetivo serio en la educación y la crianza.

- Tras determinar que las emociones positivas son útiles, conviene reflexionar y fijarse en el hecho de que las personas no suelen saber que tienen tanto poder en su interior. Cuentan con la capacidad para averiguar qué les inspira, qué les hace reír, qué les da esperanza y cómo cultivar esas emociones... Crear momentos positivos podría ayudarle a optimizar su vida. No subestime los beneficios en este sentido. Esos momentos podrían ayudarle a fomentar sus recursos sociales y personales, a los que podrá recurrir en el futuro. Además, los efectos positivos de sus emociones pueden beneficiar a otras personas. Cuanto más feliz y más satisfecho esté con su vida, más podrá dar a los demás.

- En la actualidad un hombre sano de sesenta y siete años tiene una esperanza de vida de unos veinte años. A diferencia de nuestros padres y abuelos, quienes con sesenta y siete años estaban llegando al final de sus vidas, nosotros comenzamos la última cuarta parte de la nuestra. Podemos hacer dos cosas para maximizar la oportunidad de que nos veamos de nuevo en la reunión de los setenta años. La primera consiste en orientarse hacia el futuro: debemos lanzarnos hacia el futuro en lugar de anclarnos en el pasado. No sólo debemos esforzarnos por nuestro futuro personal, sino también por el familiar, el de este instituto, el del país y el de nuestros ideales más queridos. La segunda: ¡haced ejercicio!

- El producto interior bruto mide el volumen de bienes y servicios que se producen y consumen, y las situaciones que aumentan ese volumen aumentan el PIB. No importa si esas situaciones reducen la calidad de vida. Cada vez que hay un divorcio, el PIB aumenta. Cada vez que chocan dos coches, el PIB sube. Cuantos más antidepresivos se consumen, más sube el PIB. Una mayor protección policial y un mayor tiempo de desplazamiento para ir al trabajo aumentan el PIB, aunque tal vez mermen la calidad de vida. Los economistas, sin gracia alguna, las denominan situaciones "lamentables". La venta de tabaco y los beneficios de los casinos se incluyen en el PIB. Algunas industrias, como la abogacía, la psicoterapia o las farmacéuticas, prosperan mientras la miseria se multiplica por doquier. Esto no quiere decir que los abogados, los psicoterapeutas o las farmacéuticas sean malos, sino que al PIB le da igual si lo que aumenta el volumen de bienes y servicios es el sufrimiento o el bienestar humano.