Víctor García Hoz (1911-1998), Doctor en Pedagogía por la Universidad Complutense de Madrid, está considerado una figura fundamental en la pedagogía contemporánea española, gracias a su desarrollo del concepto de educación personalizada.
En el primer año de mi carrera de Pedagogía (curso 1985-1986), aparecían en los textos que estudiábamos referencias a su obra y a sus ideas sobre la personalización en el sistema educativo.
Posteriormente, cuando comencé a trabajar en un colegio en el año 1996, me encontré en su biblioteca con este libro, reeditado en 1977 por Miñón. En estos veinte años que llevo trabajando en ese mismo colegio, lo he leído en un par de ocasiones, ya que sus ideas me parecen tanto sugerentes en cuestiones básicas para la profesión docente como vigentes en elementos metodológicos. De hecho, he realizado una síntesis de esas ideas para tenerla como consulta. El resumen realizado está disponible en el siguiente enlace.
lunes, 31 de octubre de 2016
sábado, 22 de octubre de 2016
La sociedad intercultural: teoría y práctica
1. Dinámica cultural y sociedad civil
La sociedad civil está compuesta por un conjunto de asociaciones que tienen sus raíces en proyectos culturales diferentes y plurales. Por esta razón, la sociedad civil no la forman únicamente asociaciones económicas o mercantiles (empresas o bancos), sino asociaciones muy distintas, con personas que se organizan con motivaciones muy diferentes: solidarias, deportivas, culturales, religiosas, recreativas, etc. Utilizaremos el término sociedad civil para designar el entramado asociativo que forman estas organizaciones donde hay una gran pluralidad de motivaciones. La sociedad civil sería una red de redes o, como Michael Walzer la describe, un proyecto de proyectos.
El pulso de la libertad
La noción de sociedad civil comprende multitud de asociaciones libres que existen fuera del patrocinio oficial y que, con frecuencia, están dedicadas a propósitos considerados generalmente no políticos. Ninguna sociedad puede considerarse libre si no permite el funcionamiento de estas asociaciones voluntarias, el pulso de la libertad latirá muy débilmente allí donde estas asociaciones no se formen espontáneamente.
2. Pluralidad cultural y pluralismo político
Esta caracterización de sociedad "civil" y no "política" puede explicarse por la evolución histórica del término. La expresión "sociedad civil", que procede de la latina societas civilis y de la anglosajona civil society, designa desde la Edad Media al conjunto de la sociedad (societas) que va diferenciándose paulatinamente del poder político de los soberanos (dominium). A partir del siglo XVII, designa una libertad de los individuos que han dejado de ser súbditos y aspiran a ser ciudadanos.
Esta aspiración hará que se use el término en un doble sentido. Por un lado, para diferenciarlo del estado de naturaleza; y, por otro, para designar una independencia de los individuos frente al dominio político o Estado que se manifiesta en la libertad de conciencia, de culto, de expresión, de asociación, de reunión, de desplazamiento y de propiedad. Frente a la coacción que ejerce el Estado, la sociedad civil aparece como un ámbito de espontaneidad cuyo resultado será la aparición del pluralismo. No se trata de una simple aceptación de la pluralidad de intereses, sino de su articulación y ordenación en torno a valores comunes compartidos.
3. Globalización y sociedad intercultural
Una de las características que mejor definen la situación actual de la cultura es la globalización. Esta globalización puede ser explicada en términos puramente económicos porque los mercados y la economía tienen dimensiones globales. En este caso, cuando se reduce la globalización a su dimensión puramente económica se describe como globalismo, como la nueva ideología del capitalismo transnacional. Sin embargo, la globalización no puede explicarse únicamente desde la economía porque hay factores históricos, culturales, ecológicos y religiosos que también apuntan hacia un nuevo modelo de sociedad internacional. En esta nueva sociedad global la armonización de diferencias culturales será la clave que nos permita explicar la interacción y organización. La sociedad intercultural no es una sociedad donde coexisten diferentes culturas (multiculturalismo), sino una sociedad donde éstas conviven y entrecruzan sus respectivos horizontes (interculturalismo).
La globalización y el capital social
Las culturas locales están volviendo a despertar en todo el mundo. La globalización está cambiando el paisaje cultural. Los defensores de la globalización a buen seguro alegarán que el comercio libre y abierto y la expansión de las relaciones y actividades comerciales de todo tipo son la clave de un futuro más prometedor para todos. El fallo de esta premisa está en el supuesto equivocado de que el comercio estimula la cultura cuando suele ser justo lo contrario... El comercio y el gobierno son instituciones secundarias, no primarias. Descienden de la cultura, no son sus progenitores. Los pueblos establecen primero un idioma común, unos códigos de conducta establecidos de común acuerdo y un propósito compartido, a saber, un capital social.
4. Desafíos de la sociedad civil
En sus trabajos sobre la sociedad civil, la profesora Adela Cortina indica que la sociedad civil tiene un potencial ético por explotar que no tienen ni el Estado ni el mercado. Las organizaciones voluntarias (familias, amigos, vecinos, iglesias, cooperativas, etc) son
1. Escuela de civilidad. Es en ellas donde las personas aprenden y se entrenan para ser ciudadanos
2. Espacios para la transformación de la economía, porque ponen en cuestión los fines de la economía.
3. Instrumentos para revitalizar la cultura social, porque en ellas se aprenden tradiciones, valores e ideales sociales.
4. Espacio intercultural, porque en ellas aprenden a convivir culturas plurales. Una convivencia que no se consigue con la imposición de las leyes sino con la convicción de las personas.
5. Espacio para la calidad de vida, porque en ellas se valora que lo importante no es la cantidad de vida sino su calidad.
6. El tercer sector, porque es un nuevo sector de actividades sociales que coopera y complementa otros sectores como el de la economía o la política.
7. La esfera de la opinión pública, porque en ellas se generan las deliberaciones sobre los problemas públicos comunes.
8. Revitalizadoras de la vida cotidiana, porque en ellas las personas encuentran sentido a las actividades cotidianas.
9. Descubren una solidaridad voluntaria, porque en ellas se desarrolla una conciencia ética universal que atiende a los débiles del Tercer y Cuarto Mundo sentando las bases de una sociedad civil cosmopolita.
10. Trabajan por la justicia, porque asumen la tarea de una justicia social que no compete únicamente al Estado sino a la sociedad en su conjunto.
La sociedad civil está compuesta por un conjunto de asociaciones que tienen sus raíces en proyectos culturales diferentes y plurales. Por esta razón, la sociedad civil no la forman únicamente asociaciones económicas o mercantiles (empresas o bancos), sino asociaciones muy distintas, con personas que se organizan con motivaciones muy diferentes: solidarias, deportivas, culturales, religiosas, recreativas, etc. Utilizaremos el término sociedad civil para designar el entramado asociativo que forman estas organizaciones donde hay una gran pluralidad de motivaciones. La sociedad civil sería una red de redes o, como Michael Walzer la describe, un proyecto de proyectos.
El pulso de la libertad
La noción de sociedad civil comprende multitud de asociaciones libres que existen fuera del patrocinio oficial y que, con frecuencia, están dedicadas a propósitos considerados generalmente no políticos. Ninguna sociedad puede considerarse libre si no permite el funcionamiento de estas asociaciones voluntarias, el pulso de la libertad latirá muy débilmente allí donde estas asociaciones no se formen espontáneamente.
Ch. Taylor, Argumentos filosóficos
2. Pluralidad cultural y pluralismo político
Esta caracterización de sociedad "civil" y no "política" puede explicarse por la evolución histórica del término. La expresión "sociedad civil", que procede de la latina societas civilis y de la anglosajona civil society, designa desde la Edad Media al conjunto de la sociedad (societas) que va diferenciándose paulatinamente del poder político de los soberanos (dominium). A partir del siglo XVII, designa una libertad de los individuos que han dejado de ser súbditos y aspiran a ser ciudadanos.
Esta aspiración hará que se use el término en un doble sentido. Por un lado, para diferenciarlo del estado de naturaleza; y, por otro, para designar una independencia de los individuos frente al dominio político o Estado que se manifiesta en la libertad de conciencia, de culto, de expresión, de asociación, de reunión, de desplazamiento y de propiedad. Frente a la coacción que ejerce el Estado, la sociedad civil aparece como un ámbito de espontaneidad cuyo resultado será la aparición del pluralismo. No se trata de una simple aceptación de la pluralidad de intereses, sino de su articulación y ordenación en torno a valores comunes compartidos.
3. Globalización y sociedad intercultural
Una de las características que mejor definen la situación actual de la cultura es la globalización. Esta globalización puede ser explicada en términos puramente económicos porque los mercados y la economía tienen dimensiones globales. En este caso, cuando se reduce la globalización a su dimensión puramente económica se describe como globalismo, como la nueva ideología del capitalismo transnacional. Sin embargo, la globalización no puede explicarse únicamente desde la economía porque hay factores históricos, culturales, ecológicos y religiosos que también apuntan hacia un nuevo modelo de sociedad internacional. En esta nueva sociedad global la armonización de diferencias culturales será la clave que nos permita explicar la interacción y organización. La sociedad intercultural no es una sociedad donde coexisten diferentes culturas (multiculturalismo), sino una sociedad donde éstas conviven y entrecruzan sus respectivos horizontes (interculturalismo).
La globalización y el capital social
Las culturas locales están volviendo a despertar en todo el mundo. La globalización está cambiando el paisaje cultural. Los defensores de la globalización a buen seguro alegarán que el comercio libre y abierto y la expansión de las relaciones y actividades comerciales de todo tipo son la clave de un futuro más prometedor para todos. El fallo de esta premisa está en el supuesto equivocado de que el comercio estimula la cultura cuando suele ser justo lo contrario... El comercio y el gobierno son instituciones secundarias, no primarias. Descienden de la cultura, no son sus progenitores. Los pueblos establecen primero un idioma común, unos códigos de conducta establecidos de común acuerdo y un propósito compartido, a saber, un capital social.
J. Rifkin, Un nuevo actor en la escena global
4. Desafíos de la sociedad civil
En sus trabajos sobre la sociedad civil, la profesora Adela Cortina indica que la sociedad civil tiene un potencial ético por explotar que no tienen ni el Estado ni el mercado. Las organizaciones voluntarias (familias, amigos, vecinos, iglesias, cooperativas, etc) son
1. Escuela de civilidad. Es en ellas donde las personas aprenden y se entrenan para ser ciudadanos
2. Espacios para la transformación de la economía, porque ponen en cuestión los fines de la economía.
3. Instrumentos para revitalizar la cultura social, porque en ellas se aprenden tradiciones, valores e ideales sociales.
4. Espacio intercultural, porque en ellas aprenden a convivir culturas plurales. Una convivencia que no se consigue con la imposición de las leyes sino con la convicción de las personas.
5. Espacio para la calidad de vida, porque en ellas se valora que lo importante no es la cantidad de vida sino su calidad.
6. El tercer sector, porque es un nuevo sector de actividades sociales que coopera y complementa otros sectores como el de la economía o la política.
7. La esfera de la opinión pública, porque en ellas se generan las deliberaciones sobre los problemas públicos comunes.
8. Revitalizadoras de la vida cotidiana, porque en ellas las personas encuentran sentido a las actividades cotidianas.
9. Descubren una solidaridad voluntaria, porque en ellas se desarrolla una conciencia ética universal que atiende a los débiles del Tercer y Cuarto Mundo sentando las bases de una sociedad civil cosmopolita.
10. Trabajan por la justicia, porque asumen la tarea de una justicia social que no compete únicamente al Estado sino a la sociedad en su conjunto.
viernes, 14 de octubre de 2016
Organización de la libertad: cooperación y conflicto
Causas del conflicto social
Encontramos tres causas principales de la riña en la naturaleza humana: primero la competición, segundo la inseguridad, tercero la gloria. El primero hace que los hombres invadan por ganancia; el segundo por seguridad, y el tercero por reputación. Los primeros usan de la violencia para hacerse dueños de las personas, esposas, hijos y ganado de otros hombres; los segundos para defenderlos; los terceros, por pequeñeces, como una palabra, una sonrisa, una opinión distinta, y cualquier otro signo de subvaloración, ya sea directamente de su persona, o por reflejo de su prole, sus amigos, su nación, su profesión o su nombre.
Encontramos tres causas principales de la riña en la naturaleza humana: primero la competición, segundo la inseguridad, tercero la gloria. El primero hace que los hombres invadan por ganancia; el segundo por seguridad, y el tercero por reputación. Los primeros usan de la violencia para hacerse dueños de las personas, esposas, hijos y ganado de otros hombres; los segundos para defenderlos; los terceros, por pequeñeces, como una palabra, una sonrisa, una opinión distinta, y cualquier otro signo de subvaloración, ya sea directamente de su persona, o por reflejo de su prole, sus amigos, su nación, su profesión o su nombre.
T. Hobbes, Leviatán
1. Modelos para organizar la libertad
Con el transcurso del tiempo, cada individuo se va forjando de forma más o menos espontánea una idea sobre el conjunto de la sociedad en la que se encuentra. Esta idea influye de manera decisiva no sólo en la cosmovisión o forma teórica de ver el mundo, sino en la organización práctica del conjunto de su vida. La filosofía nos propone dos grandes teorías o modelos para organizar la libertad:
- Homo hominis lupus: Es un modelo que parte de la desconfianza radical de los hombres entre sí. Las relaciones entre los seres humanos son semejantes a las que mantienen los animales entre ellos, están presididas por la ley de la supervivencia y la desconfianza mutua, como si cada uno de nosotros fuera un lobo para nuestros semejantes. Lo encontramos en la filosofía social y política de Thomas Hobbes, quien sin duda conocía el texto de Plauto donde se afirma: Lupus est homo homini. Se encuentra en la base de teorías individualistas de la sociedad como las de R. Nozick y F. A. Von Hayeck.
- Homo homini socius: Es un modelo que parte de la confianza básica de los hombres entre sí. Las relaciones entre los seres humanos son semejantes a las que mantienen los socios entre sí, es decir, relaciones presididas por la credibilidad mutua. Los socios son individuos que cooperan entre sí para perseguir el bien común; esto es, un bien superior al de cada uno tomado aisladamente. Lo encontramos en la filosofía social y política de algunas escuelas estoicas y de la tradición anarquista. Se encuentra en la base de teorías holísticas (globales, relacionadas con el todo social) de la sociedad como las de Ch. Taylor y A. MacIntyre.
2. El dinamismo de la vida social
- La perspectiva del conflicto: La raíz explicativa de la vida social no solo es la lucha o la competencia, sino el conflicto. La vida social sería un conjunto de conflictos y serían éstos los que permitirían explicar la evolución de la sociedad. Darwin, Marx y Nietzsche son pensadores del siglo XIX que explican el dinamismo apelando a esta idea de conflicto. El primero como "lucha por la supervivencia de las especies"; el segundo como "lucha de clases" y el tercero como "voluntad de poder".
Durante el siglo XX las ciencias sociales han analizado dimensiones diferentes del conflicto; así, la psicología social habla de conflicto organizativo; la sociología, de conflicto social; el derecho laboral, de conflicto laboral; y la filosofía moral, de conflicto ideológico.
- La perspectiva de la cooperación: La raíz explicativa de la vida social es la ayuda mutua, la cooperación y la confianza. La vida social no sería posible sin la cooperación estable entre los individuos; de hecho, la sociedad sería un sistema de cooperación.
Distinguimos dos formas de cooperación según el grado de implicación de la voluntad: voluntaria o forzosa. También se habla de cooperación formal, cuando está regulada, o cooperación informal cuando no está regulada. Cuando esta perspectiva se plantea para buscar la estabilidad de la vida social aparece el problema del consenso (cum-sentire, sentir-junto, sentir común compartido).
En algunas tradiciones de pensamiento la organización de la libertad no se ha planteado acudiendo al derecho y a las leyes, sino al reforzamiento de los vínculos sociales. Ésta ha sido una de las grandes preocupaciones de la tradición anarquista, donde la vida social se ha organizado en términos de mutualidad, es decir, según el principio básico del apoyo mutuo y la solidaridad de la familia humana. Precisamente, uno de estos pensadores importantes, Kropotkin, elaboró un ensayo que llevaba por título El apoyo mutuo. Veamos cómo lo plantea.
Reducir la socialidad de los animales al amor y la simpatía significa restringir su universalidad y su importancia. De ningún modo me guía el amor hacia el dueño de una determinada casa -a quien muy a menudo ni siquiera conozco- cuando, viendo su casa presa de las llamas, tomo un cubo con agua y corro hacia ella, aunque no tema por la mía. Me guía un sentimiento más amplio, aunque es más indefinido, un instinto, más exactamente dicho, de solidaridad humana; es decir, de caución solidaria entre todos los hombres y de sociabilidad. Lo mismo se observa también entre los animales. En todos estos casos, el papel más importante lo desempeña un sentimiento incomparablemente más amplio que el amor o la simpatía personal.
Aquí entra el instinto de sociabilidad, que se ha desarrollado lentamente entre los animales y los hombres en el transcurso de un periodo de evolución extremadamente largo, desde los estadios más elementales, y que enseñó por igual a muchos animales y hombres a tener conciencia de esa fuerza que ellos adquieren practicando la ayuda y el apoyo mutuos, y también a tener conciencia del placer que se puede hallar en la vida social. El amor, la simpatía y el sacrificio de sí mismos, naturalmente desempeñan un papel enorme en el desarrollo progresivo de nuestros sentimientos morales. Pero la sociedad, en la humanidad, de ningún modo se ha creado sobre el amor ni tampoco sobre la simpatía. Se ha creado sobre la conciencia -aunque sea instintiva- de la solidaridad humana y de la dependencia recíproca de los hombres.
Reducir la socialidad de los animales al amor y la simpatía significa restringir su universalidad y su importancia. De ningún modo me guía el amor hacia el dueño de una determinada casa -a quien muy a menudo ni siquiera conozco- cuando, viendo su casa presa de las llamas, tomo un cubo con agua y corro hacia ella, aunque no tema por la mía. Me guía un sentimiento más amplio, aunque es más indefinido, un instinto, más exactamente dicho, de solidaridad humana; es decir, de caución solidaria entre todos los hombres y de sociabilidad. Lo mismo se observa también entre los animales. En todos estos casos, el papel más importante lo desempeña un sentimiento incomparablemente más amplio que el amor o la simpatía personal.
Aquí entra el instinto de sociabilidad, que se ha desarrollado lentamente entre los animales y los hombres en el transcurso de un periodo de evolución extremadamente largo, desde los estadios más elementales, y que enseñó por igual a muchos animales y hombres a tener conciencia de esa fuerza que ellos adquieren practicando la ayuda y el apoyo mutuos, y también a tener conciencia del placer que se puede hallar en la vida social. El amor, la simpatía y el sacrificio de sí mismos, naturalmente desempeñan un papel enorme en el desarrollo progresivo de nuestros sentimientos morales. Pero la sociedad, en la humanidad, de ningún modo se ha creado sobre el amor ni tampoco sobre la simpatía. Se ha creado sobre la conciencia -aunque sea instintiva- de la solidaridad humana y de la dependencia recíproca de los hombres.
P. Kropotkin, El apoyo mutuo
sábado, 1 de octubre de 2016
La construcción social de la realidad
El otro generalizado
La comunidad o grupo social organizado que proporciona al individuo su unidad de persona puede ser llamada "el otro generalizado". La actitud del otro generalizado es la actitud de toda la comunidad. Así, por ejemplo, en el caso de un grupo social como el de un equipo de fútbol, el equipo es "el otro generalizado", en la medida en que interviene -como proceso organizado o actividad social- en la experiencia de cualquiera de los miembros individuales de él.
La comunidad o grupo social organizado que proporciona al individuo su unidad de persona puede ser llamada "el otro generalizado". La actitud del otro generalizado es la actitud de toda la comunidad. Así, por ejemplo, en el caso de un grupo social como el de un equipo de fútbol, el equipo es "el otro generalizado", en la medida en que interviene -como proceso organizado o actividad social- en la experiencia de cualquiera de los miembros individuales de él.
G. H. Mead, Espíritu, persona y sociedad
1. Doble dinamismo en la estructura social
La realidad social que nos encontramos en la vida cotidiana ni es algo fijo e inmóvil, ni es una vaga idea que nos hacemos del mundo en el que vivimos. La realidad social está compuesta por un conjunto de procesos que tienen un carácter dinámico y real. Son procesos en los que cada uno de nosotros no sólo se apropia del mundo exterior, sino que lo construye y edifica a través de sus acciones. Se trata de un doble dinamismo; por un lado, la vida social se nos presenta como una realidad objetiva que tenemos ante nosotros; por otro, la misma vida social se nos presenta como una realidad subjetiva.
2. Socialización y tipificación
La socialización es un proceso mediante el cual un individuo internaliza las pautas culturales de la vida social, desarrolla su personalidad en interacción con ella y consigue una identidad personal. Este proceso de internalización facilitará que cada uno de nosotros accedamos a definir interpersonalmente la realidad como una compleja red de interacciones sociales.
La interacción social no es espontánea sino pautada, es decir, se nos presenta como un conjunto de pautas, de rutinas y de formas estandarizadas de actuación. Por eso, la vida social está "tipificada" y "los otros" con los que nos encontramos no son únicamente "seres humanos" como tales, sino "europeos", "amigos", "clientes", "familiares". Además, esta tipificación es recíproca, es decir, no sólo soy yo el que identifica al "otro" como "amigo", sino que el otro también me identifica así.
Las tipificaciones de la vida social se vuelven progresivamente anónimas a medida que nos alejamos de las situaciones más próximas o situaciones "cara a cara". Éstas son las situaciones básicas y primordiales en el proceso de socialización porque en ellas nos encontramos al "otro" como real, visible y accesible ante nosotros.
3. Socialización primaria y secundaria
Aunque el proceso por el que una persona se apropia de la realidad social y cultural no termina nunca, en las investigaciones sobre la adaptación a la vida social y la adquisición de los recursos necesarios para la misma se distinguen dos etapas:
- Socialización primaria: El objetivo es la introducción del sujeto en la sociedad. Se desarrolla durante la niñeza, y las dos instituciones fundamentales son la familia y la escuela. Es una fase en la que el niño o la niña se apropia de roles, actitudes y valores que encuentra en "los otros" más próximos. Esta proximidad no es solo la de una persona concreta (el padre o la madre, la abuela o el abuelo, el maestro o la maestra), sino la proximidad del mundo que representan cada uno de ellos, por eso algunos sociólogos como G. H. Mead lo llaman "el otro significativo". Este proceso no es puntual sino progresivo, de manera que esta socialización primaria es un proceso de "generalización progresiva" donde el niño pasa de percibir a un "otro concreto" y significativo a un "otro generalizado".
- Socialización secundaria: Adquirida una estructura social básica en la socialización primaria, en la secundaria el individuo internaliza otras instituciones y sectores sociales. Mientras que en la socialización primaria el niño o la niña no elige los agentes de socialización, en la socialización secundaria el individuo elige dónde integrarse. La interacción tiene una menor carga afectiva y en los roles sociales los agentes son más intercambiables.
4. Institucionalización y roles
La vida social se presenta ante los individuos mediante instituciones. La integración en la vida social es, por consiguiente, un proceso de permanente institucionalización. Una familia, un colegio o un hospital son grupos sociales donde los individuos realizan unas actividades pautadas, tipificadas y estandarizadas que reciben el nombre de papeles sociales o roles. Estos papeles no son arbitrarios o subjetivos, sino que están pautados y "objetivados". Contemplados desde la perspectiva del orden institucional, los roles aparecen como representaciones y expresiones de una vida social estructurada significativamente.
5. Perspectivas en la teoría social
En la teoría social contemporánea nos encontramos con una pluralidad de perspectivas para explicar el dinamismo de la vida social. Las tres teorías más importantes son las siguientes:
- Funcionalismo: Si queremos comprender las principales instituciones de una sociedad y explicar el comportamiento de sus miembros, debemos estudiar la sociedad en su conjunto. La vida social no es una suma de instituciones, es un conjunto de funciones. Estudiar la función de una institución social es analizar la contribución que esa institución hace a la continuidad de la sociedad en su conjunto. Esta perspectiva, propuesta en sus orígenes por A. Comte y E. Durkheim y más tarde desarrollada por T. Parsons y R. Merton, sugería que la mejor manera de entender esta idea es realizando una analogía con el cuerpo humano. Por ejemplo, para estudiar un órgano del cuerpo como el cerebro, debemos explicar qué función tiene este órgano en el conjunto del organismo humano.
- Estructuralismo: Para la perspectiva estructuralista, si queremos comprender las instituciones y explicar el comportamiento de sus miembros debemos identificar las estructuras sociales. Esta teoría es una derivación de la teoría lingüística iniciada por F. Saussure, para quien el lenguaje no es un conjunto de palabras o expresiones, sino un conjunto estructurado de reglas gramaticales sin las cuales no sería posible la comunicación. De la misma manera que para expresarnos adecuadamente necesitamos conocer las estructuras de un lenguaje, para comprender el significado de los hechos sociales necesitamos explicar las estructuras que los generan. Esta perspectiva ha sido desarrollada por C. Lévi-Strauss y ha sido especialmente fecunda para el estudio de la cultura y la comunicación.
- Interaccionismo simbólico: Como en el caso del estructuralismo, el interaccionismo es una teoría social desarrollada a partir del estudio del lenguaje y la comunicación. Ahora bien, en lugar de incidir en el conjunto estructurado de reglas que explican el significado de un hecho social, incide en la interacción comunicativa de los sujetos. Es una perspectiva que se inicia con la teoría de G. H. Mead, para quien la clave de la realidad social está en el lenguaje, gracias a él vamos adquiriendo progresivamente nuestra identidad en interacción con los otros. La integración social es una tarea compleja que sólo se puede explicar como un proceso de interacción simbólica. A diferencia de la interacción animal, la interacción humana está medida por un conjunto de símbolos, es decir, que la comunicación humana es una comunicación simbólica en la que no necesitamos tener los objetos delante sino que nos basta con su representación. Así pues, la interacción social es una interacción simbólica.
Aunque el proceso por el que una persona se apropia de la realidad social y cultural no termina nunca, en las investigaciones sobre la adaptación a la vida social y la adquisición de los recursos necesarios para la misma se distinguen dos etapas:
- Socialización primaria: El objetivo es la introducción del sujeto en la sociedad. Se desarrolla durante la niñeza, y las dos instituciones fundamentales son la familia y la escuela. Es una fase en la que el niño o la niña se apropia de roles, actitudes y valores que encuentra en "los otros" más próximos. Esta proximidad no es solo la de una persona concreta (el padre o la madre, la abuela o el abuelo, el maestro o la maestra), sino la proximidad del mundo que representan cada uno de ellos, por eso algunos sociólogos como G. H. Mead lo llaman "el otro significativo". Este proceso no es puntual sino progresivo, de manera que esta socialización primaria es un proceso de "generalización progresiva" donde el niño pasa de percibir a un "otro concreto" y significativo a un "otro generalizado".
- Socialización secundaria: Adquirida una estructura social básica en la socialización primaria, en la secundaria el individuo internaliza otras instituciones y sectores sociales. Mientras que en la socialización primaria el niño o la niña no elige los agentes de socialización, en la socialización secundaria el individuo elige dónde integrarse. La interacción tiene una menor carga afectiva y en los roles sociales los agentes son más intercambiables.
4. Institucionalización y roles
La vida social se presenta ante los individuos mediante instituciones. La integración en la vida social es, por consiguiente, un proceso de permanente institucionalización. Una familia, un colegio o un hospital son grupos sociales donde los individuos realizan unas actividades pautadas, tipificadas y estandarizadas que reciben el nombre de papeles sociales o roles. Estos papeles no son arbitrarios o subjetivos, sino que están pautados y "objetivados". Contemplados desde la perspectiva del orden institucional, los roles aparecen como representaciones y expresiones de una vida social estructurada significativamente.
5. Perspectivas en la teoría social
En la teoría social contemporánea nos encontramos con una pluralidad de perspectivas para explicar el dinamismo de la vida social. Las tres teorías más importantes son las siguientes:
- Funcionalismo: Si queremos comprender las principales instituciones de una sociedad y explicar el comportamiento de sus miembros, debemos estudiar la sociedad en su conjunto. La vida social no es una suma de instituciones, es un conjunto de funciones. Estudiar la función de una institución social es analizar la contribución que esa institución hace a la continuidad de la sociedad en su conjunto. Esta perspectiva, propuesta en sus orígenes por A. Comte y E. Durkheim y más tarde desarrollada por T. Parsons y R. Merton, sugería que la mejor manera de entender esta idea es realizando una analogía con el cuerpo humano. Por ejemplo, para estudiar un órgano del cuerpo como el cerebro, debemos explicar qué función tiene este órgano en el conjunto del organismo humano.
- Estructuralismo: Para la perspectiva estructuralista, si queremos comprender las instituciones y explicar el comportamiento de sus miembros debemos identificar las estructuras sociales. Esta teoría es una derivación de la teoría lingüística iniciada por F. Saussure, para quien el lenguaje no es un conjunto de palabras o expresiones, sino un conjunto estructurado de reglas gramaticales sin las cuales no sería posible la comunicación. De la misma manera que para expresarnos adecuadamente necesitamos conocer las estructuras de un lenguaje, para comprender el significado de los hechos sociales necesitamos explicar las estructuras que los generan. Esta perspectiva ha sido desarrollada por C. Lévi-Strauss y ha sido especialmente fecunda para el estudio de la cultura y la comunicación.
- Interaccionismo simbólico: Como en el caso del estructuralismo, el interaccionismo es una teoría social desarrollada a partir del estudio del lenguaje y la comunicación. Ahora bien, en lugar de incidir en el conjunto estructurado de reglas que explican el significado de un hecho social, incide en la interacción comunicativa de los sujetos. Es una perspectiva que se inicia con la teoría de G. H. Mead, para quien la clave de la realidad social está en el lenguaje, gracias a él vamos adquiriendo progresivamente nuestra identidad en interacción con los otros. La integración social es una tarea compleja que sólo se puede explicar como un proceso de interacción simbólica. A diferencia de la interacción animal, la interacción humana está medida por un conjunto de símbolos, es decir, que la comunicación humana es una comunicación simbólica en la que no necesitamos tener los objetos delante sino que nos basta con su representación. Así pues, la interacción social es una interacción simbólica.
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