Acoso es la situación en la que un individuo es sometido a presión psicológica por un grupo o por otro individuo situado en una posición de mayor poder. En los últimos años han sido objeto de estudio especialmente tres formas de acoso: el acoso escolar o bullying, el acoso sexual y el acoso laboral o mobbing. Nos referiremos ahora a este último.
La palabra mobbing es una forma verbal sustantivada del inexistente verbo inglés to mob, que podría referirse a la acción de una masa, "chusma", horda o turba de individuos, que es a lo que propiamente se le llama mob. El término tiene su origen en la etología, concretamente en la obra de Konrad Lorenz Sobre la agresión, y allí designa algo así como una "defensa preventiva" o ataque grupal de muchos animales contra otro más fuerte de su misma especie que les amenaza. En la actualidad, el significado originario conserva un uso muy reducido y se ha extendido el significado de mobbing como acoso o presión psicológica en el mundo laboral.
El acoso laboral no es una impresión subjetiva de alguien ni tampoco un conflicto puntual entre dos compañeros de trabajo o entre un jefe y su subordinado. Según el profesor Piñuel, para que pueda hablarse en sentido propio de mobbing deben darse tres condiciones:
⓵
Existencia de conductas observables de hostigamiento dirigidas hacia una persona. Estas conductas no implican normalmente violencia física, sino ataques o desprecios psicológicos: alusiones despectivas, insultos más o menos disfrazados, burlas, humillaciones en público, ninguneo, bromas pesadas, etc.
⓶
Reiteración frecuente de dichas conductas.
⓷
Tras un periodo de algunos meses desde el inicio del acoso, éste empieza a producir en la víctima trastornos emocionales y (a veces) psicocomáticos, que globalmente pueden considerarse un cuadro de estrés postraumático¹.
Una característica común a las diferentes formas de acoso, es la sorprendente facilidad con que se hace parecer a la víctima como culpable, a los ojos de los que le rodean e incluso a los propios. La explicación es sencilla: en primer lugar, la víctima es normalmente elegida por el acosador entre los más débiles o los menos populares; además, y como consecuencia de la presión a la que se ve sometido, el acosado dará muestras de nerviosismo y mal humor, tendrá mayor facilidad de caer enfermo y otros interpretarán esta facilidad como "cara dura", será impuntual o poco cumplidor en el trabajo, tendrá reacciones desproporcionadas ante pequeños inconvenientes, etc., y todos estos efectos del acoso aparecerán como causas del mismo, con lo que la víctima se convierte en culpable de lo que le pasa.
Por la misma razón, en las situaciones de acoso se pasa fácilmente del hostigamiento individual de una persona hacia otra al hostigamiento grupal hacia esa misma persona. Como regla general, desgraciadamente, los compañeros de una víctima de acoso se vuelven cómplices del acosador o al menos indiferentes hacia lo que le ocurra a la víctima, convirtiéndola en un chivo expiatorio² cuya sacrificio se hace necesario para el bien del grupo.
¹ Estrés postraumático: trastorno mental, caracterizado por síntomas como el malestar emocional, la reiteración de recuerdos angustiosos y ciertas reacciones fisiológicas, que aparece como consecuencia de experiencias negativas intensas o continuadas.
2 Chivo expiatorio: ritual religioso que aparece en culturas antiguas como la babilónica o la israelita y que consiste en "traspasar" a un chivo, que después es abandonado o sacrificado, los pecados de todo el pueblo. El antropólogo René Girard ha utilizado este ritual como metáfora de la tendencia de los grupos y sociedades a reforzar su cohesión actuando contra los miembros a los que arbitrariamente se culpabiliza de todos los males.
El acoso laboral no es una impresión subjetiva de alguien ni tampoco un conflicto puntual entre dos compañeros de trabajo o entre un jefe y su subordinado. Según el profesor Piñuel, para que pueda hablarse en sentido propio de mobbing deben darse tres condiciones:
⓵
Existencia de conductas observables de hostigamiento dirigidas hacia una persona. Estas conductas no implican normalmente violencia física, sino ataques o desprecios psicológicos: alusiones despectivas, insultos más o menos disfrazados, burlas, humillaciones en público, ninguneo, bromas pesadas, etc.
⓶
Reiteración frecuente de dichas conductas.
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Tras un periodo de algunos meses desde el inicio del acoso, éste empieza a producir en la víctima trastornos emocionales y (a veces) psicocomáticos, que globalmente pueden considerarse un cuadro de estrés postraumático¹.
Una característica común a las diferentes formas de acoso, es la sorprendente facilidad con que se hace parecer a la víctima como culpable, a los ojos de los que le rodean e incluso a los propios. La explicación es sencilla: en primer lugar, la víctima es normalmente elegida por el acosador entre los más débiles o los menos populares; además, y como consecuencia de la presión a la que se ve sometido, el acosado dará muestras de nerviosismo y mal humor, tendrá mayor facilidad de caer enfermo y otros interpretarán esta facilidad como "cara dura", será impuntual o poco cumplidor en el trabajo, tendrá reacciones desproporcionadas ante pequeños inconvenientes, etc., y todos estos efectos del acoso aparecerán como causas del mismo, con lo que la víctima se convierte en culpable de lo que le pasa.
Por la misma razón, en las situaciones de acoso se pasa fácilmente del hostigamiento individual de una persona hacia otra al hostigamiento grupal hacia esa misma persona. Como regla general, desgraciadamente, los compañeros de una víctima de acoso se vuelven cómplices del acosador o al menos indiferentes hacia lo que le ocurra a la víctima, convirtiéndola en un chivo expiatorio² cuya sacrificio se hace necesario para el bien del grupo.
¹ Estrés postraumático: trastorno mental, caracterizado por síntomas como el malestar emocional, la reiteración de recuerdos angustiosos y ciertas reacciones fisiológicas, que aparece como consecuencia de experiencias negativas intensas o continuadas.
2 Chivo expiatorio: ritual religioso que aparece en culturas antiguas como la babilónica o la israelita y que consiste en "traspasar" a un chivo, que después es abandonado o sacrificado, los pecados de todo el pueblo. El antropólogo René Girard ha utilizado este ritual como metáfora de la tendencia de los grupos y sociedades a reforzar su cohesión actuando contra los miembros a los que arbitrariamente se culpabiliza de todos los males.