Cada ser humano es como los demás seres humanos, como algunos otros seres humanos y como ningún ser humano.
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martes, 25 de agosto de 2020

El feminismo

1. Definición y origen histórico

El femenismo es un movimiento que nace de la sociedad civil para defender la emancipación de la mujer, que se ha visto, y aún hoy se ve, discriminada por razón de su sexo.

Club Patriótico de Mujeres, formado en la Revolución Francesa de 1789. Pretendía entre otras cosas el sufragio de la mujer.
 

Los primeros movimientos feministas surgen a raíz de la Revolución Francesa. En 1791, Olympe de Gougues escribe la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadanía, como respuesta a la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, elaborada por la Asamblea Francesa. Al año siguiente, Mary Wollstonecraft publica su Vindicación de los derechos de la mujer.

Los primeros movimientos organizados aparecen hacia mediados del siglo XIX, cuando Flora Tristán, John Stuart Mill, Elizabeth Candy Stanton y Lucretia Mott, entre otros, trabajan para conseguir que las mujeres tengan derecho al voto, a fin de poder presionar a los gobiernos y a los partidos políticos para mejorar la condición de la mujer. Nace así el movimiento sufragista.

En España, las primeras corrientes feministas se manifiestan a finales del siglo XIX en torno a Emilia Pardo Bazán y Concepción Arenal. En 1932, el gobierno de la II República reconoce el derecho al voto femenino. La dirigente anarquista Federica Montseny se convierte en 1936 en la primera mujer ministra de la historia de España: fue ministra de Sanidad en 1936-1937.

Al acabar la Segunda Guerra Mundial, el derecho al voto para la mujer era una realidad en el mundo occidental; las discriminaciones jurídicas habían desaparecido en casi todos los países industrializados y, por tanto, estaban logradas las principales reivindicaciones del feminismo del siglo XIX.

Pero surge ahora un nuevo feminismo encaminado a lograr transformaciones profundas de las estructuras sociales, que siguen siendo discriminatorias para la mujer.

Betty Friedan planteó en su obra El problema sin nombre la situación de frustración que viven millones de mujeres, instaladas confortablemente en su hogar, realizando el papel de "madre y esposa" que la sociedad les ha presentado como el más alto de sus destinos, y que descubren que la maternidad y las tareas domésticas no bastan para realizarse como persona.

2. El feminismo a partir de los años 70

Desde la década de los 70 hasta final de los años 90, el feminismo se ha estructurado en tres formas básicas:

  • Los movimientos radicales: Son la faceta más espectacular del movimiento feminista. Defienden la radical confrontación de los sexos, organizan sus propios partidos, algunos defienden el lesbianismo, otros consideran que la mujer es una clase social oprimida. En España, esta corriente está representada por el Partido Feminista, que creó Lidia Falcón en 1979.
  • La tendencia feminista-socialista: Para esta corriente, la problemática de la mujer no es una cuestión separada, sino que tiene que ver con el conjunto de la humanidad. No se trata de plantear el feminismo como una lucha contra el varón, sino de conseguir cambios en las estructuras, las actitudes y los modos de pensar que hacen posible la opresión de la mujer. En España sostiene estos criterios la Federación de Mujeres Progresistas, entre otros colectivos.
  • El feminismo liberal-reformista: Pretende obtener la igualdad de derechos para la mujer en todos los campos. Centra sus acciones en la defensa de los intereses de la mujer como ciudadana, madre y consumidora. Asociaciones de amas de casa, lucha por las condiciones de empleo para las embarazadas y protección de la maternidad son sus principales campos de acción. En España está representado por las Asociaciones de Mujeres Conservadoras, Asociaciones de Amas de Casa, etc.

3. El feminismo hoy

En la actualidad el feminismo sigue siendo un movimiento social importante. La lucha por la igualdad en las condiciones laborales, por conseguir una educación no sexista, por eliminar el sexismo en el lenguaje y el acoso sexual en el mundo laboral, el apoyo legal y la acogida de mujeres separadas, maltratadas y sin recursos, son tareas que se plantean los grupos feministas y organismos oficiales, como el Instituto de la Mujer.

El feminismo llega también a algunos campos de actividad reservados a los varones. Así, en filosofía destacan Carol Pateman, Carol Gilligan y Sheyla Benhabib; en la teología cristiana, algunas feministas luchan por ofrecer una visión no sexista de la Biblia (Dios Madre) y por superar la discriminación de la mujer que se ha fundamentado en la religión durante siglos. Se organizan conferencias mundiales sobre la problemática de la mujer en todo el planeta. En ellas se abordan los problemas relacionados con la incorporación de la mujer al mundo laboral, la "doble jornada" (trabajo remunerado fuera de casa y las tareas domésticas), el control de la natalidad o su situación como cabeza de familia en gran parte del Tercer Mundo.

Hoy se habla, no ya de igualdad, sino de discriminación positiva, término con el que se pretende señalar la necesidad de apoyar y promocionar especialmente a la mujer para poder superar las desventajas derivadas del sexo.

Se habla también del feminismo de la diferencia, que pretende hacer presentes en la vida pública las cualidades atribuidas a las mujeres, y no relegarlas al mundo privado.

Sin embargo, es particularmente llamativa la situación de la mujer en el mundo musulmán. Leyes civiles y religiosas discriminatorias, uso del velo, sumisión al varón y persecución de las que se niegan a aceptar este papel es la realidad cotidiana de millones de mujeres.

4. Los roles tradicionales del varón y de la mujer

Adela Cortina, en su artículo Carta a Déborah, se ocupa de analizar las cualidades que han de caracterizar a los varones y a las mujeres y las funciones que deben desempeñar unas y otros en nuestra sociedad, cualidades y funciones que la tradición ha establecido como modelos y que dan el injusto resultado de la marginación de las personas que no los siguen, ya sean de uno u otro sexo.

Según la autora, se ha caído en la trampa de separar en dos lotes las cualidades humanas. De ellas han correspondido a los varones la racionalidad, la habilidad técnica, la agresividad, la ambición en la vida pública, la predisposición a competir, la pericia en asuntos de interés universal, la fortaleza, las dotes imaginativas. A las mujeres les ha tocado en suerte la irracionalidad, la debilidad, la abnegación, la intuición, la ternura, el dominio de la artimaña, el poder de seducción, el sentimentalismo, la compasión, el gusto por el cotilleo demoledor, la incompetencia congénita e insuperable para entender y proyectar cuestiones de alcance universal.

Este reparto es falaz e injusto. En su elaboración han intervenido intereses tan despreciables como los siguientes: el intento -y logro- de separar a las mujeres de los órganos de decisión políticos, culturales, económicos y religiosos; el intento -y logro- de asegurarse una mano de obra gratuita en el trabajo doméstico y en el cuidado de niños, enfermos y ancianos; el intento -y logro- de encorsetar a mujeres y varones en unos estereotipos que les impidan adquirir lo positivo del sector contrario; el intento -y logro- de fomentar ciertos sistemas políticos, económicos, culturales y religiosos para los que las cualidades llamadas "femeninas" no son sino un estorbo. ¿Y cuál es la consecuencia de tanto "logro"? Conseguir un mundo tan inhóspito que nadie medianamente humano pueda encontrar en él su hogar.

    

viernes, 21 de agosto de 2020

Fundación de la ciencia psicológica

Se puede hacer una distinción entre "padres" y "fundadores" de las ciencias. Compárese, por un instante, la ciencia con un jardín.

Los "padres" aran la tierra y siembran la semilla; los "fundadores" desmalezan, riegan, trasplantan, ponen la reja, se preocupan del jardín en sus comienzos. La semilla puede ser arrojada por innumerables manos, por muchas en forma descuidada; así, puede haber numerosos padres, sin saber qué papel desempeñan; sin embargo, los fundadores deben darse cuenta de que se está formando un jardín y tienen la ardua tarea de cuidarlo hasta que vengan otros a colaborar. Los fundadores son pocos.

Llamamos padre de la psicología a Aristóteles, padre de la psicología moderna a Descartes, y padre de la psicología cuantitativa o experimental a Fechner. Se podría haber propuesto a otros candidatos para estas distinciones.

Fechner puede ser llamado, con razón, el fundador de la psicofísica y el padre de la psicología experimental; él desarrolló la primera y mostró el camino para la última; sin embargo, fue Wundt, otro distinguido alemán, quien se convirtió en el verdadero fundador de la moderna psicología experimental; al examinar los logros de este científico nos acercamos más a la solución de nuestro problema de la definición.

Wilhelm Wundt (1832-1920) era, al igual que Fechner, hijo de un pastor alemán luterano de una parroquia de pueblo y, también como Fechner y Helmholtz, estudió medicina en la Universidad de Heidelberg. Como ambos científicos, también sus intereses iban desde lo práctico hasta lo académico durante sus años de estudiante. La fisiología, la filosofía, la lógica y la ética fueron campos que llamaron su atención en algún momento; pero Wundt era fundamentalmente psicólogo y, a diferencia de Fechner, lo sabía.

La época era propicia para la fundación de la psicología moderna. Con excepción de la herencia intelectual ya mencionada (Aristóteles o Descartes), hubo muchas contribuciones de otros campos. La que más aportó fue la fisiología. La primera psicología experimental estaba basada en técnicas y hallazgos fisiológicos; no obstante, además de esto y de la tradición filosófica, había problemas heredados por la astronomía, la antropología y el estudio del hipnotismo. Sólo un hombre tan notable como Wundt pudo combinar todo esto en el esquema de una nueva psicología.

En 1873-1874, después de por lo menos quince años de preparación, Wundt publica sus Outlines of Physiological Psychology. En 1879, en la Universidad de Leipzig, instaló el primer laboratorio psicológico del mundo; en 1881 inauguró un periódico sobre ciencia, destinado a publicar los resultados de las investigaciones psicológicas. Su libro tuvo seis ediciones revisadas y aumentó de un volumen a tres; el laboratorio prosperó e investigadores de muchas partes llenaron el periódico con informes de experimentos psicológicos.

Wundt era incansable. Aparte del trabajo de instruir, administrar, editar y dirigir investigaciones, escribió mucho. Su Physiological Psychology se analizará más adelante; tenía libros sobre otros aspectos de la psicología, así como de filosofía, ética y lógica. Se estima que, en promedio, publicó dos páginas diarias durante 68 años -y nada de este material resulta fácil de leer.

En su Physiological Psychology, Wundt diseña el primer sistema psicológico. Dice qué es la psicología; hace un bosquejo de sus métodos de investigación, puntualiza sus problemas y clasifica los resultados obtenidos. Realmente, Wundt proporciona el primer tratado de la nueva ciencia, sacado de su amplio y profundo entrenamiento filosófico y científico, y suplementado con hallazgos de laboratorio.

Antes que nada, como muchos otros científicos desde la época de Hartley, Wundt era un paralelista psicofísico en lo que concierne al problema mente-cuerpo. Por un lado estaba el mundo físico, el mundo de los objetos materiales; por otro, el mental, el mundo de la mente. La psicología trataría principalmente con este último y ser definida como "la ciencia de la experiencia inmediata". Por experiencia, Wundt entendía fenómenos como sensaciones, percepciones, sentimientos y emociones.

El método que debía emplear el psicólogo, según Wundt, era la introspección, término que fue muy mal utilizado posteriormente. Para Wundt significaba tan sólo el tener la experiencia. "Tener" equivalía a "observar". El "mundo de afuera" era experiencia o "proceso mental", y cuando uno lo tenía, él lo había observado.

El problema para la psicología era qué hacer científicamente con esta experiencia; la respuesta de Wundt era triple: la experiencia debería ser analizada en sus elementos; éstos, a su vez, deberían ser examinados en relación con la naturaleza de sus concepciones, una respecto a la otra; y finalmente deberían determinarse las leyes de sus conexiones.

Estas nociones, especialmente las de análisis y asociación (conexiones), no son nuevas en la historia de nuestro problema; sin embargo, Wundt las trató con la técnica del fisiólogo, es decir, la ordenado mente de un hombre entrenado en las formas del pensamiento científico y acostumbrado a hacer distinciones cuidadosas y rígidas. Existe una gran diferencia entre la "idea" experimentada del empirista británico y el "proceso" sensorial o imaginativo de la introspección wuntiana; por ejemplo, la idea del elefante o todo es un elemento mental diferente de la sensación o imagen de rojo o de do mayor, y solamente estas últimas serían aceptadas por Wundt como verdaderos elementos. El análisis de elefante (en sensación, imagen o ambos) podría ser factible, e incluso fue inevitable, con una descripción cuidadosa de la experiencia; empero, no podría hacerse una disección mental de una unidad tan simple como rojo. Wundt propuso llegar a los elementos fundamentales e irreductibles, antes de preocuparse por mostrar sus mutuas relaciones en las fusiones y combinaciones de la vida mental cotidiana.

Ya se han llevado a cabo estudios significativos de fisiología de la visión, del oído y de otros sentidos, por científicos como Helmholtz, Fechner y Weber (quien adelantó algo del trabajo de Fechner). Estos alemanes dieron cabida a un análisis experimental del tipo que Wundt respetaba; por tanto, no es raro ver en este nuevo texto muchos de sus métodos y datos. Además, la Physiological Psychology contenía material sobre imágenes, sentimientos, atención, acción y una gran cantidad de otros procesos. Prácticamente no hubo nada "psicológico" que escapara a los ojos del fundador; su libro dio una pauta durante muchos años.

Finalmente, volvemos al paralelismo psicofísico de Wundt. Este investigador creía que para cada proceso mental había un proceso físico correspondiente y concurrente. Los estímulos del mundo exterior, al actuar sobre los órganos sensoriales, producían impulsos nerviosos, los que a su vez posibilitaban la actividad cerebral. Con la actividad cerebral venía la actividad mental; empero, ni la una causaba verdaderamente la otra, ni viceversa. Existían dos áreas de actividad diferente: una fisiológica y otra psicológica. Psicología fisiológica fue el nombre más adecuado que encontró Wundt para designar el doble interés de la nueva psicología y la íntima relación entre los dos campos de investigación.

Ya podemos empezar a ver la forma y apariencia de la psicología del siglo XIX. Fue, primariamente, un producto de la unión de la filosofía y la fisiología. Su objeto era la mente (experiencia, conciencia), su método era la introspección (un método analítico y experimental) y su problema era describir el contenido o estructura de la mente en términos de elementos y sus combinaciones. Además, se preguntó sobre la evolución y desarrollo mental, causa-efecto, lo innato y lo adquirido; tuvo algo que decir acerca del lenguaje, de la memoria, del pensamiento, de la voluntad y de temas psicológicos afines. Su filosofía fue predominantemente paralelística y buscó explicar la relación de la mente con el cuerpo mediante el empleo de métodos científicos.

La influencia de Wundt fue muy grande. Sus enseñanzas llegaron a lugares remotos del mundo civilizado, gracias a sus alumnos y a sus libros, y despertaron un gran interés por los "instrumentos" de la fisiología para analizar la mente. Se instalaron nuevos laboratorios en diversas universidades, se ofrecieron nuevos cursos de instrucción, aparecieron nuevas revistas psicológicas y se escribieron nuevos libros de texto.

Finalmente, por supuesto, aparecieron nuevos sistemas de psicología. La tarea actual del psicólogo sería mucho más simple si no hubieran surgido; empero, está en la naturaleza de toda ciencia en desarrollo el crecer y cambiar, y el revisar sus programas cada cierto tiempo. Surgieron diferencias de opinión, aun entre los discípulos más leales a Wundt, respecto al objeto, métodos y problemas de nuestra ciencia.

Un sistema de psicología es, en cierto sentido, un marco lógico en el cual se insertan los hallazgos de la ciencia. Representa el intento, efectuado generalmente por un hombre, de arreglar y coordinar los hechos de la psicología de una manera simple y comprensible. Cuando el sistema o punto de vista de un investigador es aceptado por otros que se encargan de difundirlo, generalmente el resultado es una "escuela" de psicología. No todos los sistemas engendran una escuela, pero éstas siempre profesan lealtad a un sistema. Cuando se pierde esta lealtad, la escuela se desintegra y el sistema debe ser remodelado o sustituido.

viernes, 14 de agosto de 2020

Células madre y medicina regenerativa

El cigoto es una célula que tiene el "potencial" de desarrollar un individuo completo. Esta célula se divide una y otra vez dando lugar a nuevas células que van diferenciándose progresivamente y acaban por especializarse adquiriendo una forma y una función particulares (se transformarán en células de la piel, del corazón...). A la vez que se especializan, las células pierden su potencial original y, en último término, la capacidad de dividirse.

El término células madre, o células troncales, se utiliza para referirse, en general, a células no especializadas. Estas células se caracterizan porque son capaces de:

  • Multiplicarse durante largos períodos de tiempo y originar, a su vez, células no especializadas.
  • Originar células que se diferencian y dan lugar a células especializadas.

1. Tipos de células madre

La célula madre por excelencia es el cigoto, capaz de originar todas las células de un nuevo individuo. Aunque esta capacidad disminuye progresivamente durante el desarrollo embrionario, sigue manteniéndose en mayor o menor medida en determinadas células. En función de su capacidad, las células madre se clasifican en:

  • Totipotentes: Son células capaces de originar un individuo completo. Además del cigoto, las ocho primeras células que resultan de su división (blastocitos) siguen siendo totipotentes. Esto significa que si el grupo de células se divide en dos, cada grupo originará un individuo completo.
  • Pluripotentes: No pueden originar un individuo completo pero mantienen la capacidad de originar todos y cada uno de los tipos celulares que lo forman. El conjunto de células incluidas en el interior del blastocito tardío son células madre pluripotentes.

   

  • Multipotentes: Incluso en los adultos, existen algunas células que conservan una cierta capacidad de originar, no todos pero sí algunos, tipos de células; se las denomina células madre adultas, somáticas o células madre de tejidos. Por ejemplo, en la médula ósea existen células que se pueden transformar en glóbulos rojos, plaquetas y diferentes tipos de glóbulos blancos. Son células madre multipotentes.
  • Oligopotentes: Algunas células madre adultas sólo pueden originar uno o unos pocos tipos de células. Se las denomina células madre oligopotentes (de oligo: escaso), como las células madre de la piel o del tejido nervioso.

2. La medicina regenerativa

Las enfermedades producidas por el funcionamiento anormal de determinadas células, tejidos u órganos sólo pueden curarse si éstos son reemplazados por otros funcionales y compatibles con el enfermo. La medicina regenerativa es una nueva rama biomédica que tiene por objeto fabricar un tejido u órgano funcional que reemplace al afectado. 

El conocimiento de las células madre y de las técnicas que permiten manipularlas ha abierto las puertas a nuevos tipos de terapias, como la terapia celular o la ingeniería de tejidos, que son la base de la medicina regenerativa. Las células madre que, al menos teóricamente, podrían utilizarse son:

  • Células madre embrionarias, procedentes de embriones tempranos. Son las que tienen mayores posibilidades ya que son pluripotentes y pueden originar cualquier tipo de tejido.
  • Células madre adultas (de tejidos). Se encuentran en todos los tejidos humanos, aunque no en la misma cantidad. Por ejemplo, hay muchas en el tejido epitelial pero muy pocas en el nervioso. Excepto las células de la médula ósea y las de la sangre del cordón umbilical, que son multipotentes, las células madre de tejidos son oligopotentes.
  • Células pluripotentes inducidas (CPI). Aunque están en fase de investigación constituyen la esperanza más reciente. Son células adultas y especializadas que, tras ser sometidas a diferentes tratamientos, se desdiferencian y transforman de nuevo en células madre embrionarias pluripotentes.

3. Perspectivas de la medicina regenerativa

La medicina regenerativa puede suponer en el futuro la alternativa a la técnica actual de transplantes, pero quedan problemas por superar tanto de orden científico como ético.

La inmensa mayoría de los ensayos clínicos actuales se basa en células madre adultas, obtenidas de médula ósea o cordón umbilical, que se utilizan para tratar trastornos relacionados con la sangre, aunque también para reparar músculo cardíaco y corregir daños en válvulas y arterias. Pero las perspectivas futuras para las células madre son inmensas: desde la producción de células pancreáticas para curar la diabetes o de células cardíacas para reparar las zonas muertas tras un infarto, a la obtención de neuronas para tratar enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson o el alzhéimer, o reparar lesiones medulares.

4. La receta de la "reprogramación"

A mediados de 2007, dos equipos científicos, uno japonés y otro estadounidense, lograron revertir el proceso de diferenciación celular. Los equipos de Shinya Yamanaka, de la Universidad de Kyoto, en Japón, y de James Thomson, de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, consiguieron obtener células madre "embrionarias" a partir de células somáticas de la piel. En ambos casos la "receta" utilizada fue similar.

El equipo de Yamanaka tomó células de la piel de una mujer de 36 años y de tejido conectivo de un hombre de 69, e introdujo en su interior cuatro genes que están implicados en el proceso de diferenciación celular. Para introducir estos genes en el interior de la célula utilizó como vector un retrovirus (un virus del tipo del VIH modificado). La acción de estos genes puso en marcha un mecanismo de programación que hizo regresar la célula a una fase equivalente a la embrionaria, por eso se las ha llamado células madre pluripotenciales inducidas. La célula ya diferenciada de la piel se convirtió así en una célula madre capaz de convertirse de nuevo, no ya en piel, sino en cualquiera de los otros 220 tipos de células que tiene el organismo.        

lunes, 10 de agosto de 2020

La fisiología sensorial

A medida que vamos estudiando el campo de la fisiología sensorial, vemos cómo éste ha sido el punto más estrecho para el inicio de la psicología como disciplina científica. Esta corriente fisiológica abarca todos los sentidos: la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato, así como el recién descubierto sentido muscular (cinestésico); se preocupa de los nervios que sirven a cada órgano y también de las funciones correspondientes del cerebro.
Por supuesto, estos trabajos estaban relacionados con las teorías de Hartley y Descartes, pero sobrepasó en mucho a las ideas de ellos sobre la estructura y función del cuerpo humano. Fue un trabajo analítico y objetivo, y mediante métodos depurados pudo captar cambios físicos provenientes de excitaciones del ojo, del oído y de otros órganos. Se descubrió la velocidad de la reacción de los nervios, que eran mucho más pequeños que lo que Descartes había imaginado; además, se descubrieron áreas cerebrales especiales relacionadas con funciones de los músculos y de los órganos de los sentidos. Muchos grandes científicos -ingleses, franceses y alemanes- contribuyeron a este difundido movimiento. Si mencionamos aquí a dos de ellos, es simplemente porque no podemos incluirlos a todos, y también a que los dos seleccionados representan suficientemente bien la combinación de creencias filosóficas y disciplinas científico-naturales que habrían de generar la psicología misma como un campo de estudio especial.

Hermann Ludwig Ferdinand von Helmholtz (1821-1894), físico, fisiólogo y, en cierto grado, psicólogo, fue un estudiante mediocre en sus comienzos, pero se aseguró su educación superior bajo patrocinio militar, sirviendo durante siete años como médico del ejército prusiano. Desde los 17 años se interesó por la física, y aun estando en el ejército, se las ingenió para hacer importantes contribuciones a este campo, convirtiéndose en uno de los científicos más sobresalientes del siglo XIX.
Entre sus aportes fisiológicos podemos mencionar su monumental trabajo sobre la visión humana, en el que estudia la física, la fisiología y la psicología de este sentido con tanto detalle que todavía tiene validez: Helmholtz inventó el oftalmoscopio, que hace posible auscultar la retina, y el oftalmómetro, un instrumento muy útil para medir los cambios oculares. Sus investigaciones sobre la audición fueron igualmente relevantes y útiles, tanto para los estudiantes de música como para los de ciencia. Fue él quien clasificó la función de los huesos auditivos del oído medio: el martillo, el yunque y el estribo; diseñó, además, un teoría de la resonancia acerca de la función del oído interno, la cual explicaba por qué el ser humano puede distinguir miles de tonos diferentes. Esta teoría ha merecido respeto durante todo el siglo XX.
Helmholtz trató muchos de los problemas sensoriales que habían preocupado a pensadores del pasado, incluyendo Hobbes, Locke, Descartes y otros: cuánto de nuestra vida mental se deriva del contacto con el mundo externo y cuánto traemos nosotros. Descartes había dicho que algunas ideas muy claras eran innatas y conocidas por la intuición, como los axiomas geométricos. Locke negaba esto, así como los demás empiristas. Helmholtz conocía el problema y simpatizó con el punto de vista de los británicos, adoptando un criterio empírico, al decir que los axiomas geométricos son simplemente relaciones aprendidas.
En relación con estos problemas, Helmholtz formuló una teoría de la percepción, que posee alguna similitud con algunas de las antiguas enseñanzas (por ejemplo, las del obispo Berkeley), así como con otras que habrían de surgir. Nuestra experiencia de los objetos o eventos del mundo externo, dijo, incluye no sólo simples esquemas de sensaciones debidas a la estimulación del momento, sino también imágenes (ideas) derivadas de impresiones anteriores. Lo que percibimos en un momento dado sería una combinación de pasado y presente, y algunas veces más de este último que del primero. Si dentro de un cuarto que nos es familiar se juntaran el crepúsculo y la oscuridad, los elementos provenientes de la sensación disminuirían, mientras que aquéllos que vinieron de experiencias pasadas desempeñarían un papel más importante. Cuando llegara la oscuridad total, encontraríamos nuestro camino solamente con la ayuda de imágenes de la memoria.
 
Gustav Theodor Fechner (1801-1887), mejor conocido hoy día como "el padre de la psicología cuantitativa", aunque nunca pretendió ser psicólogo, nació en un pequeño pueblo al sureste de Alemania. Su padre era un predicador luterano; creció en un ambiente de estudio, dedicándose a la medicina; posteriormente se convirtió en matemático y físico distinguido (con talento para escribir poesía satírica). Ésta es la historia de la primera mitad de la vida de Fechner. En 1850, después de una seria y prolongada "depresión nerviosa", comenzó a intersarse por la cuestión filosófica de la relación de la mente con el cuerpo, lo que le llevó a ahondar en la psicología experimental, debido a su entrenamiento en las ciencias naturales.
El problema mente-cuerpo tiene una larga trayectoria (Descartes, Locke, Hobbes, Berkeley, Hume y Hartley); sin embargo, fue Fechner quien vio la posibilidad de abordarlo a través del método experimental. Si lo solucionó o no es dudoso, pero en diez años de paciente investigación fundó la ciencia de la psicofísica -el estudio cuantitativo de la relación entre la vida mental (Fechner habla de sensaciones) y ciertos aspectos del mundo físico (estímulos).
No es necesario considerar aquí en detalle la psicofísica de Fechner. Él dejó muy claro que las técnicas experimentales y los procedimientos matemáticos podían aplicarse a problemas psicológicos. Levemente modificados, se emplean aún hoy día métodos de medición diseñados por él, cada vez que queremos encontrar algo definitivo concerniente a la sensibilidad de los organimos humanos e incluso a animales expuestos a los incontables y perturbadores cambios del mundo exterior. ¿Cuán brillante debe ser una estrella para ser vista?, ¿cuán fuerte el sonido para ser oído?, ¿cuán pesado un contacto para ser sentido? Para contestar éstas y muchas otras preguntas, debemos recurrir a los métodos psicofísicos de Fechner.
¿Qué relación tiene esto con el problema de definir la psicología? La respuesta es obvia. Los trabajos de Fechner (y otros) muestran irrefutablemente que siempre existe la posibilidad de construir una psicología experimental del problema alma-cuerpo, cualquiera que sea la opinión filosófica que se tenga al respecto. Se puede medir y relacionar de manera exacta algo específico sobre la actividad humana (Fechner lo llamó "algo mental") con alguna otra cosa (él lo llamó "algo físico"). La enorme cantidad de material significativo que se recolectó no fue un resultado accidental, ni el fruto de especulación filosófica. Actualmente pocos psicólogos muestras interés por las opiniones de Fechner sobre el problema alma-cuerpo; sin embargo, ninguno puede ignorar sus hallazgos experimentales.
Así ha sido la historia desde entonces. Cualesquiera que hayan sido las conclusiones alcanzadas respecto al verdadero tema de la psicología, hay un conjunto formidable y siempre creciente de hechos científicos que justifican el intento de un tratamiento sistemático. Los límites de las ciencias no están claramente definidos, y un nuevo campo de investigación no puede ser rechazado basándose sólo en su momentánea falta de una definición universalmente satisfactoria.