El ser humano, centro del desarrollo
Las medidas orientadas a fomentar un desarrollo endógeno y respetuoso del medio ambiente, reforzado por vínculos entre la cultura y las actividades económicas, contribuyen también a la forja de soluciones para los problemas que acechan actualmente a la humanidad. En este sentido, es de primordial importancia el respeto y reconocimiento de las identidades culturales -en particular de los pueblos aborígenes- y la formulación de estrategias de desarrollo adecuadas a las tradiciones y características sociales de cada comunidad. Sólo este enfoque les permitirá superar la miseria y alcanzar niveles de vida decorosos, sin tener que sacrificar su patrimonio cultural. Sólo así, colocando al hombre como verdadero protagonista y beneficiario del progreso, puede lograrse un desarrollo duradero y con rostro humano.
Federico Mayor Zaragoza, Los nudos gordianos
Doble ambigüedad del desarrollo
El desarrollo es un término doblemente ambiguo. Se usa descriptiva o normativamente, esto es, para presentar una condición presente o para proyectar una alternativa deseable. El uso descriptivo predomina en el creciente número de escritos, en informes de agencias internacionales. El uso normativo se encuentra en trabajos de crítica y de defensa de alternativas cuyos autores emplean un lenguaje que se sustenta en juicios valorativos para criticar el desarrollo tal como se lleva a cabo. Una segunda ambigüedad lo envuelve porque se refiere tanto a los fines del cambio social, como a los medios para llevarlo a cabo. Así significa la idea de una vida mejor o un sistema de medios para realizarla.
Denis Goulet, Desarrollo económico, desarrollo humano (adaptado)