Este libro me lo ha regalado una compañera del trabajo. Será porque me ve estresado, permanentemente enfadado, que sufro a diario; con el agravante de que me verá siempre enfermo, con una dolencia u otra, desmoralizado. Y ella, que habrá sentido ayuda con este recetario de buenos consejos, ha querido contribuir a aliviar un poco el peso de mis penas. Estar consciente en el ahora es algo así como lograr distanciarse del pasado y del futuro, que no existen, y reconocer con humildad que somos seres con un cuerpo y que sólo existimos en el presente; esto es, no somos seres dominados por una mente que añora volver a tiempos anteriores o que desea lo que no tiene. Todo esto es interesante, no digo yo que no, pero, para relajarme, a mí me resulta más fácil aislarme en una lectura o en una película, que tener siempre presente y consciente el ahora. Es verdad que en mi trabajo me asaltan muchos malos momentos, y no logro desvincularme de las meteduras de pata de otros, porque éstas en cierto modo me afectan posteriormente a mí, pero sí es verdad también que estoy consiguiendo, cada vez más, que esos enfados me los deje en el trabajo, y que lo que para otros son problemas terribles, a mí me resultan intrascendentes. Muchas veces me marcho para casa cabreado, y diciendo para mí: "No vuelvo más". Sin embargo, a la mañana siguiente suena otra vez el reloj, y me levanto, agacho de cabeza, me cuelgo la mochila y cojo el tren un día más.
lunes, 18 de enero de 2010
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